miércoles, 9 de julio de 2025

FEXTICUM: la caja chica de la irreverencia

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- ¿Has visto Lucho? Parece que hubo fiesta aquí, refiere la profesora Olga Rodríguez.
- Sí, efectivamente, veo serpentina, cadenitas, hubo fiesta, replica mi padre, Luis Castro Capuñay.
-¿Y qué ha pasado aquí?, sostiene la profesora Rosalía Casas, que aparece por el umbral de la puerta, ingresando a los ambientes donde se iba a realizar la acostumbrada reunión de directores del Núcleo Educativo Comunal (NEC) Nº04, programada para las ocho de la mañana.

En ese momento ingresa el profesor Miguel Gonzáles Delgado, anfitrión y representante de la escuela “La Misericordia” y las interrogantes se dan por doquier. El profesor Gonzáles, aún vivo, expone todo lo ocurrido en la jornada dominical, de la yincana (o gincana, vocablo también aceptado) celebrada exitosamente por la comunidad magisterial (profesores, padres de familia y estudiantes) para conseguir fondos económicos a favor de la escuela “La Misericordia”.

De inmediato, la profesora Olga Rodríguez, con su experiencia académica, replica: “y nosotros qué hacemos, este es el momento de sacar dinero para nuestras escuelas, porque no tenemos ni para franelas”. La aceptación es sólida y la agenda primigenia se cambia radicalmente para tomar acuerdos y dar origen a una actividad socio cultural que deviene en la feria que Monsefú celebra por Fiestas Patrias desde julio de 1,973.

¿Entonces, podemos discernir que la profesora Olga Rodríguez, con su genial idea, fue la creadora de la Fexticum?¿O tal vez fueron los primeros cuatro que promovieron el cambio de agenda: Olga Rodríguez, Luis Castro, Rosalía Casas y Miguel Gonzáles? ¿O quizás Manfredo León Plascencia, el entonces director del Núcleo Educativo, que sincronizó y apostó por la intención de los docentes? ¿ Y por qué no Oscar Salazar, que como alcalde respaldó a los profesores y les dio el peso político-cultural?
No, ninguno de ellos se erigió “creador”, ninguno de ellos robó la idea de la comunidad magisterial, fueron Fuenteovejuna, todos a una, porque la línea central fue todos unidos, todos juntos podemos mejorar nuestras escuelas.

Pero ahora los vivos intentan reescribir la historia con la complicidad salaz de alcaldes, autoridades varias y nosotros mismos, los pobladores que colaboramos con un confabulado silencio. Desde el 14 de Julio del 2015 que la familia Chero se adueñó de la feria, no hemos sido consecuentes con la historia, nos hemos bajado los pantalones y demostrado nuestra cobardía, empezando por Miguel Angel Bartra Grosso (2015) Manuel Pisfil Míñope (2019) y el innombrable Pinocho (2023).

Pregunto, ¿dónde está la dignidad de los monsefuanos que hemos dejado que nos arrebaten algo que debería ser de gran apoyo para la educación? La Fexticum, que nació como una especie de caja chica para los centros escolares de la ciudad, hoy se ha convertido en el trofeo preciado de las autoridades de turno para sus triquiñuelas, desviar fondos públicos, favorecer a ciertos contratistas e inflar la corrupción. Y para colmo, esos días de julio las calles huelen a orina, la basura apesta y los vecinos claman a una justicia ciega.

En su más de medio siglo de vida, Fexticum no tiene casa, se arrima por donde la lleven. Los organizadores de turno viven un eterno letargo, son presas de sopor de la modorra. Fexticum es como la esposa que lo da todo; y los organizadores, son los esposos que la intiman y luego le sacan la vuelta. Pero se equivocan, Fexticum es como la mujer madura… más interesante es.

Y aquí viene a mi memoria algunas expresiones de alguien con autoridad, de alguien que ha revolucionado la gastronomía peruana hasta convertirla en una potencia mundial. Me refiero a Gastón Acurio, que alguna vez dijo: “LA COCINA PERUANA SIEMPRE EXISTIÓ, y ahora es un “boom” porque los cocineros hicimos un esfuerzo muy grande”. Y en este pueblo bendecido, ESA EXCELSA ARTESANÍA, GASTRONOMÍA Y COSTUMBRISMO SIEMPRE EXISTIÓ. Fexticum existe porque Dios fue generoso con Monsefú, pero hace falta -para que se convierta en boom- en unir esfuerzos y trabajar concatenados, sin vivezas, dándole protagonismo a muchos monsefuanos que no son convocados y restituir el apoyo a la educación. Y aquí otra vez Gastón Acurio nos da una pastillita de su sapiencia: "hacer cosas, avanzar, con la espada de tu conciencia en una mano, con los escudos del honor en la otra, porque una vida labrando un buen nombre trae consigo la más valiosa de las fortunas: el respeto ciudadano, el poder dejar a nuestros hijos un apellido con honor”.

Tenemos empresarios de toda índole, tenemos artistas consagrados, existen intelectuales, gente valiosa, pero hay que despercudirnos del silencio cómplice, por Monsefú debemos autoconvocarnos para recuperar esos 20 años de atraso, aportar por amor a la tierra que nos vio nacer. Para que llegue el “boom” que muchos anhelamos, hay que elegir mejores autoridades, reconocer el enorme potencial que tiene Monsefú y mostrar al mundo lo que somos como pueblo mestizo. El ritmo acompasado y la dirección correcta ya nos lo mostró el “Grupo 5”. (Luis Castro G.)

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