lunes, 8 de octubre de 2018

Manuel Pisfil y “la palabra del mudo”

Escribe: Luis A. Castro Gavelán

Si Lima tuvo al “mudo” Luis Castañeda Lossio como su alcalde, Monsefú también va en sintonía y tendrá su propio “mudo” por los cuatro próximos años. Se llama Manuel Pisfil Míñope, es ingeniero de profesión y ganó con el peso político que todavía representa el Partido Aprista en la parte norte del país.
Qué contraste con el saliente alcalde Ángel Bartra, un locuaz burgomaestre que acaba su gestión sin haber cumplido con las expectativas que teníamos sobre él.

Muchos afirman que Manuel Pisfil, oriundo del caserío Chacupe, es un técnico que cumplió tareas profesionales en algunos lugares fuera de Monsefú, que antes había postulado sin éxito y que entre sus principales destrezas están sus capacidades de gestión y negociación.
Pero las dudas saltan a la vista. Pisfil Míñope no es mudo de nacimiento ni tampoco tiene cierta discapacidad en sus cuerdas vocales. Es insonoro por naturaleza, su aspecto es liso, pasa desapercibido y tiene una personalidad introvertida que nos hace dudar de su futura labor edilicia en un mundo donde triunfan los extrovertidos. Tal vez, Manuel Pisfil evita ser el centro de atención y prefiere ese ambiente privado porque es apocado y reflexivo.
Ciertas investigaciones científicas afirman que algunos introvertidos detestan ser satélites de nadie y que en contraposición tienen un óptimo rendimiento y son facilitadores cuando se trata de potenciar a sus colaboradores. Y eso esperamos de Manuel Pisfil, que aunque sea “mudo”, asuma un liderazgo reflexivo y sensible, más humano.

M. Olsen Laney, autora del libro “La ventaja del introvertido” dice que las personas con el perfil de Manuel Pisfil actúan de un modo pausado, son más meticulosos y profundos. Julio Ramón Ribeyro, autor de “La palabra del mudo”, fue un excelente novelista que le dio la palabra a los marginados y olvidados. Sin embargo, era parco, reservado y mostraba un total desinterés por las entrevistas. Entonces, vamos a darle el beneficio de la duda al flamante alcalde y esperamos que esa mudez no se asocie con una sordera congénita al momento de escuchar los clamores del pueblo.

El bullicio y la fanfarria son cosas del pasado, las elecciones municipales terminaron y vamos a darle nuestras mejores vibras al electo alcalde. Por lo demás, los otros candidatos terminaron en el lugar que les correspondía. Alguien que subió y tiene un potencial político a futuro es Erick Huertas.

Destacamos en estas líneas el mérito de los directivos del Club Social Monsefú, de los residentes en Lima, quienes aportaron a la gobernabilidad de Monsefú y organizaron una mesa redonda con la mayoría de los candidatos a la alcaldía. En la persona de su presidente, el abogado Pedro Effio, muchas felicidades. No solo contribuyeron con ese evento democrático, sino también llevan adelante plausibles actividades que los monsefuanos debemos reconocen.
Sumeet Jain decía que “las decisiones que tomamos en nuestra vida determinan el tipo de resultados que queremos experimentar y la calidad de vida que deseamos llevar”. Manuel Pisfil tiene la palabra, vamos a ver si evoca “la palabra del mudo” de Ribeyro. (LCG)