martes, 24 de mayo de 2011

El arte como transformación cultural


Por Luis A. Castro

Tiene 30 años y con la madurez que le otorga haberse involucrado desde joven en los avatares del amor por lo nuestro, no dudo en decir que es un conspicuo exponente del folclore y costumbrismo monsefuano.Sentí admiración por su osadía de cristalizar un nacimiento navideño a base de productos reciclados – llámese desperdicios- y el ingenio con que convocó ayuda para su proyecto que finalmente inauguró ,pero que un puñado de necios destruyó en diciembre último.
Pensé que con ello nuestro personaje se iba a amilanar,pero no, Carlos Ayasta Ballena es como los árboles y las personas con cerebro,que siempre mueren de pie, dándolo todo, con fe,con ideales e intentando fortalecer nuevos proyectos.
A Carlitos puedo ponerlo al nivel de nuestros consagrados Feliciano Salazar Liza( joyero ganador de premios por sus trabajos artesanales en filigrana), el artista Orlando Garay, nuestro bordador Eusebio Gonzales y no estoy equivocado ,su arte es exquisito y sus multifacéticas actividades lo evidencian.
Su labor artística viene de herencia, la de don Félix Ayasta,su padre, quien junto a uno de sus hermanos hacían arte con las calabazas y las vendían en las serranías del país. Entonces él superó al progenitor y aprendiendo una técnica antiquísima que le enseñaron en Mórrope el maestro Hilario Valverde, pinta los checos y las calabazas, les da forma y luego con inspiración les imprime un tallado que deja boquiabiertos a los turistas.


Carlos Ayasta no solo hace arte con los referidos productos agrícolas, sino que también es líder de un movimiento artístico llamado Llaqtamuchik que cultiva y enseña nuestras danzas tradicionales como la marinera y el tondero,consiguiendo haber paseado su talento a nivel nacional y ahora con orgullo revela que acompañará a un grupo de danza lambayecano en un festival internacional en Colombia.
Como podrán apreciar- queridos lectores-, nuestro personaje , monsefuano de nacimiento, está coludido con el éxito y mi fascinación no es por lo que ya hizo o está haciendo, sino por la propuesta que ahora tiene entre manos que estoy seguro muchos de ustedes querrán apoyar.
Este joven que por su situación familiar terminó sus estudios en el colegio nocturno « San Carlos » tiene ahora la meta que reinsertar mediante el arte ,a aquellos paisanos que se automarginan de la sociedad y están involucrados en actividades de pandillaje .
Con la pasión que le caracteriza está promoviendo cursos de tallado de calabazas, bordados a mano, talleres de danza ( marinera,tondero y festejo) y adiestra a quienes desean tocar el cajón. Entonces los interesados pueden aprender a gozar con nuestra expresión costumbrista y al mismo tiempo convertirse en artesanos y hacer de su arte una forma de ganarse la vida.




Suena irreal la idea que bailar y tallar la calabaza puede amainar la violencia,pero los pequeños avances tienen una intención y una eficacia ya comprobada en otros lares.
Ahora que somos irreverentes al hablar a diario de la violencia en Monsefú, de criticar la labor de la alcaldesa, de solicitar una depuración de policías,una alternativa como la que ofrece Carlos Ayasta es una digna oferta para quienes van sin rumbo por las calles y holgazanes ellos, acostumbran pararse en las esquinas.
Carlos Ayasta acaba de rentar un local en la calle Tarapacá#170 y ahí funcionará el taller de danzas y artesanía. Creo que no debemos dejarlo solo.Necesita apoyo económico y moral.Personalmente me siento comprometido en ayudarlo por su acrecentado amor por Monsefú y ya hice mi promesa de secundar su labor.Me gustaría que usted, amigo lector, también aporte su grano de arena y no seamos como Sara Gonzales, la que dice ser regidora de Cultura de nuestra ciudad y quien le tiró un portazo a nuestro artista.
A sus 30 años Carlos ya tiene discípulos que ahora hacen labores de profesores de arte en varias escuelas de Monsefú, sigue apoyando a quien lo necesita y cuando lo entrevisté mostró su felicidad porque también colabora con los más de 50 niños pobres que cada sábado reciben alimentos gratuitos en la parroquia y él voluntariamente los involucra en su arte.
Intentemos con Carlos hacer eco a la transformación cultural que él difunde. Monsefú saldrá ganando.