sábado, 11 de julio de 2020

“13 brasas” y la gastronomía de Monsefú




Escribe:
Luis A. Castro Gavelán.
Que el Padre creador fue por demás benevolente con Monsefú y nos regaló una variada gastronomía, eso nadie lo duda. Y para complementar esa generosidad también nos regaló tierras fértiles para cosechar frutas, verduras y legumbres; así como hombres y mujeres que jamás se morirán de hambre porque tienen manos diestras para elaborar exquisitos platos culinarios. Qué esplendidez la del divino hacedor.

El empujoncito que necesitaba nuestra gastronomía lo dio la Fexticum, con la sabia iniciativa de los fundadores, los directores de los centros educativos que exhibieron nuestros platos bandera. Esto ocurrió en julio de 1973, hace aproximadamente unos 47 años. A partir de ahí empezaron a surgir decenas de restaurantes no solo en el centro de la ciudad, sino también los caseríos. La gastronomía pasó a ser una fuente de ingresos económicos para los monsefuanos.

Este comentario lo hago como preludio a las expresiones que deseo ofrecer sobre el restaurante “13 brasas”, ubicado en Madrid, España, de propiedad de un monsefuano, que empieza a forjar su destino bajo los mejores auspicios. En apenas 15 días el restaurante de mi hermano Rubén Castro está consolidando sus objetivos. Los comentarios sobre la comida y la atención son favorables. ¿Entonces, Rubén está teniendo buena suerte?

Es posible, pero aquí hay otros ingredientes que deseo compartir con todos mis hermanos monsefuanos, especialmente quienes están vinculados al rubro de la gastronomía. La tenacidad y el espíritu de lucha debe ser constantes. Además, Rubén no estuvo solo, contó con el respaldo de toda la familia, gozó de las oraciones y buenas intenciones de los miles de paisanos monsefuanos, y de muchos amigos. Mi página de Facebook es testigo de excepción de indulgentes comentarios y afables vibras. Muchos asimilaron el proyecto como suyo. Incluso fueron de las palabras a los hechos, como César Flores de radio “La Norteña”, que grabó un comercial y hasta ahora lo propala por su radioemisora.


Por otro lado, hay algo esencial, digno de ser destacado. Cocineros peruanos y españoles no cicatearon sus consejos. Fueron indulgentes para compartir sus experiencias, sus recetas para elaborar el pollo a la brasa, el lomo saltado, ají de gallina, los ceviches y tantas delicias que tiene la cocina peruana. Este hecho tiene para mí el objetivo primordial de esta crónica. Al carajo los celos y envidias. Lo que está pasando con “13 brasas” ratifica aquello que ya ha consolidado Gastón Acurio: las ambiciones y codicias no tienen lugar cuando pretendemos triunfar.
El exitoso Gastón Acurio organizó una agrupación de chefs que redundó en Mistura, la feria gastronómica de fama mundial que aún no toca techo.  Entonces mi pregunta se cae de madura: ¿Por qué los propietarios de restaurantes y picanterías de Monsefú no estructuran una asociación para trabajar de forma mancomunada, sin recelos ni golpes bajos?


 Si los propietarios de negocios gastronómicos se unen, Monsefú podría consolidarse en un emporio de las comidas típicas del norte del país y todos saldrían ganando. El turista vendría directamente a Monsefú y el beneficio redundaría en todos los aspectos: económico, laboral, social, familiar. Nuestro distrito también saldría ganando porque estoy seguro que los empresarios y expositores del arte culinario monsefuano ayudarían a implantar mayor seguridad en las calles, mejorarían el ornato de la ciudad, etc.

Cuando pregunté a mi hermano Rubén el buen comienzo de “13 brasas”, no dudó en confirmar que la limpieza y excelente presencia del local es importante. Luego combinar la buena elaboración del plato con una prolija decoración al momento de entregarlo al cliente. A continuación, el servicio tiene que ser de calidad, con meseros respetuosos y atentos.

Rubén también corroboró el fuerte impulso que le dieron los comentarios de los paisanos. “Es increíble, estoy muy agradecido con mi familia pequeña (los Castro Gavelán) y mi familia grande (los miles de monsefuanos que se identificaron con su proyecto). Me sentí privilegiado por tantas bendiciones y buenos deseos. Estoy eternamente agradecido con mi gente, amo a mi Monsefú”. Rubén se siente identificado con lo expresado por la norteamericana Margaret Carty “lo más hermoso del trabajo en equipo es que siempre tienes a otros de tu lado”.

Monsefú tiene una gastronomía que cautiva. “13 brasas” ha tomado ventaja de esa fama. Los potajes como la carne seca, arroz con pato, los ceviches. O tal vez unos chicharrones de chancho con sus camotes fritos y ese pan especial que solo Monsefú lo saben hacer. Guarde estómago, porque también hay pepián de pavo, arroz con pato, panquitas de lifes, espesado, tortilla de raya, parihuela de mero…etc. tantos platos deliciosos que los turistas terminan extasiados.

Nuestra propuesta está sobre la mesa, esperando que la acojan nuestros empresarios gastronómicos. La unión hace la fuerza. Juntos somos más porque trabajar en equipo nos aproxima hacia una visión común. Me despido con una frase de la poetisa Jasleen Kaur Gumber, de India. “Este mundo no es un campo de batalla. Algún día te darás cuenta de cómo tu éxito depende de un montón de otras personas y ese día serás más sabio. Tú sabrás que todos estamos conectados. O lo hacemos todos o ninguno de nosotros lo hace” (LCG).

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