martes, 18 de julio de 2017

Pueblo chico, infierno grande…los apodos en Monsefú

Escribe:
Luis A. Castro Gavelán
Cuando residía en Lima acepté una invitación para asistir a una fiesta en Pueblo Libre. Por teléfono hablé con un paisano monsefuano que por coincidencia me ofrecía una reunión para ese mismo día. Disculpa – le dije a mi interlocutor- ya estoy comprometido para el sábado en casa de los Salazar García.
-¿Quiénes son ellos? Me interrogó, no los conozco.
-Por favor – le dije- ellos son muy conocidos, es la familia que vive en María Izaga al costado de la imprenta “El horizonte”, ¿conoces a Walter, a Pedro, los médicos veterinarios; a Azucena, que fue señorita Fexticum?
- Ah… empieza por ahí, son los “huesos”, y comenzó a sonreír.
Yo también sonreí por la ocurrencia de mi amigo, pero también confirmé que en Monsefú, la “Ciudad de las flores”, es muy frecuente conocer a una persona o una familia por su apodo, apelativo o sobrenombre, que por los apellidos.
Según varios monsefuanos, es mucho más popular acepciones como “chapa”, “gracia” o “mote”. Como quiera que sea, la reputación de los paisanos es motivo de esta pintoresca crónica, que según DRAE (diccionario de la Real Academia de la Lengua) corresponde al nombre que se acostumbra dar a una persona tomando en cuenta sus defectos corporales, o también reconociendo sus características o virtudes como una manera simbólica de aceptación; o en su defecto despreciar o ridiculizarlo.
El vocablo apodo proviene del latín “apputare” que significa evaluar o comparar. Sin embargo, otros investigadores afirman que resulta del griego “apodos” que quiere decir repetición o giro. De cualquier modo, quienes tienen mayores argumentos son los lingüistas “mollete”, y “agüitas”. Así conocen a los profesores Max Túllume y Santiago Salazar, respectivamente.
Desconozco si esta afirmación ofenderá a los mencionados docentes, pero mejor voy a contratar a los abogados “chaconil”, Manuel Flores Llontop y “teny” Cigüeñas Olano para que me asesoren legalmente. O tal vez al doctor Pedro Pisfil, “baltico”. Y si como consecuencia de este inconveniente sufro de algún mal, trataré de ubicar al doctor “Jacinto “chito” Custodio.
Como se puede percibir, todos los profesionales mencionados tienen su “chapa” o “mote”, pero no sabemos si les agrada o no. Por ello afirmamos que los apodos son códigos verbales que pueden ser positivos o negativos; puestos con estilo peyorativo, con un humor negro que genera rechazos, ofensas o mal humor; o relevantes, empáticos y con un sentido afectivo.
Y adicionamos que los sobrenombres también pueden ser códigos comunicacionales porque promueven el diálogo, el acercamiento. Actualmente en las ciudades grandes, en las urbes modernas, se conjugan sociedades cada vez más frías. En cambio en pueblos chicos como el nuestro, los apodos forman parte del patrimonio etnógrafo de los monsefuanos; y además nos permiten una relación mucho más jovial, una relación hasta cierto punto amical, generacional e idiosincrática.
Nuestro terruño tampoco escapa de este estilo de fomentar relaciones al más largo plazo. Por ejemplo, Monsefú es llamada la ‘Ciudad de las Flores”; y también “pueblo líder”, como le decía mi padre Luis Castro Capuñay. Y quien firmó la ley de elevación a la categoría de ciudad de nuestro Monsefú, el presidente Andrés Avelino Cáceres, fue conocido con el apelativo de “brujo de los andes” por sus grandes actuaciones militares durante la guerra del Pacífico. Ofreció resistencia a los chilenos en las montañas ubicadas antes de llegar a Lima.
En la época de oro del baloncesto monsefuano, a jugadores del White Star como Eduardo Raffo le decían “cachema”; y “pato” al habilidoso Miguel Chereque. Otros deportistas, principalmente futbolistas, eran muy conocidos por sus apelativos. Por ejemplo, el arquero “cuco” Beltrán, Augusto “oso” Gonzales, los hermanos Pablo y Sebastián “guaba” Gonzales, José “chiva” Vallejos, Manuel “panga” Salazar, “gene” Yaipén, “kerosene Gonzales, Carlos “cailotitas” Silva, Pedro “pibe” Beltrán, Arturo “pájaro” Boggio. También Héctor “la coja” Uceda, Gilberto “manco” Chanduví, Manuel “ojitos” Niquén Cumpa. El ‘cholo” Salazar.

En el mundo de la música fueron muy conocidos los apodos también. El grupo Fantasía era de propiedad de los hermanos “cagarraya” Reyes. A la familia Espinoza Fenco les decían los “corcho”. El fundador del Grupo 5 tenía el sobrenombre de “el faraón de la cumbia”, y ahora su hijo Elmer tiene el apodo de “chico”. También Víctor “chino” Yaipén del grupo Candela, Walter “pochorolo” Yaipén, Lázaro “bolón” Puicón, Idelfonso “foncho” Neciosup.
Los hermanos "guaba" Gonzales.
En esta relación de apodos hay también muchos personajes pintorescos. Recordamos a José del Carmen Muro “caminini”; a “mamuche”, un hombre que se dedicaba en las fiestas patronales a encender los cohetes como señal del inicio de la actividad religiosa. También un individuo cuyo apellido, Azabache, no dice nada, pero por su “chapa” muchos van a recordar. Nos referimos a “pichana”, un hombre que cuando tomaba licor se enfrentaba a la policía y al ser arrestado gritaba “ya me llevan mis mujeres”.
Como consecuencia de alguna característica física, los apelativos también están a la orden del día. Por su tamaño y corpulencia, Eugenio Gamarra Lluén era conocido como “burro grande”. Por sus ojos rasgados conocemos a nuestra campeona de marinera Angélica “china” Miura. Por el tamaño de su cabeza, a los Cumpa Valencia denominaron “cabezacas”. Por el pelo que tenían, los hermanos Enrique y Guillermo Uceda eran los popularmente “zambones”. Por su estatura y color de su piel,” ñaro” le decían a Pedro Silva Villacorta. Por su talla y delgadez de su cuerpo a los Custodio Díaz llamaban “colambos”. Por sus ojos, recordamos a Juan “chino” Joo. Por la forma de su rostro, a nuestro destacado joyero Félix Salazar Liza lo conocen como “bomba”. Por su baja estatura los Cornejo Mechán son conocidos como “los chatilcos”. Además Héctor “flaco” Boggio del cine Trianón.
Tomando en cuenta algún parecido físico, alguna característica de su personalidad o como una especie de burla, las “chapas” también toman el nombre de animales. “Los ratas” a la familia Reque Senmache. La familia Bravo Arévalo “mosca”. La familia de Vicente Custodio, “los gatos”. Jorge “pichón” Urdiales. Román “ gato seco” Llontop. Manuel “cabrita” Lores, Fidel Cornejo Mechán, “gallo”. El señor Gonzales que tenía una panadería frente a la posta médica, “mono”. Con ese mismo apodo es conocido uno de los hermanos Chanamé, del grupo Continental. Al ex-policía Carlos Raffo Diez le dicen "conejo". A la rezadora Gonzales le dicen “la gallinita”. Pedro Llontop Casas “burro con sueño”, Juan Francisco Yaipén y familia, “los yegüitas”. “Los palomos” a la familia Espinoza Tello. “Los perros” a la familia Morales.
También existen los apodos utilizando frutas, verduras o vegetales. La familia Chanamé, “los loches”. “Higo” al profesor Farro Baldera. A los Llontop Lluén los conocen como “los cayguas”. A la ingeniera Gladys Fenco le dicen “agua de manzana”.
Por una condición personal que llamaba la atención. Al multifacético agricultor José Ramos Gonzales le decían “chistoso”. “Tía candela” a Esther Raffo. “Boquita de caramelo” a nuestra recordada Evelina Huertas. Por su seriedad, “cachaco” al extinto César Yeckle Vargas. “Hacha brava” al profesor de educación física Carlos Raffo.
Otros apelativos variopintos que desconocemos su origen, pero que son muy populares en Monsefú son los siguientes: Federico Torres, “brocha gorda”; la familia Custodio que tenía un molino para caña de azúcar, “los cachuplín”; la señora Nicolasa que vende chicha”, la tolú”. La familia Lluén Campos, “Los chingos”. La familia Flores Ballena de radio “La Norteña", “los parlante”. El taxista Manuel González, “manguero”. La familia Lluén Gamarra, “los chautos”. La señora María Laynez, “doña muerta”. Jorge Curo “chaqueta”. El señor Beltrán, ”jama jama”. La familia del periodista Lucho Gonzales, “los muñecos”. “Chava” a Eduardo Llontop Araujo. "Fruna" a su hermano Huguito Llontop.

El profesor Gregorio Chanamé es conocido como “maytetu”. El doctor Juan Salazar Huertas “joya”. Guillermo Guevara es conocido como “huevito”. La familia Eneque es conocida como “los peroles”. “Los corrozos” son los integrantes de la familia Izique. “Los sorongos” les dicen a los miembros de la familia Custodio. Oscar Kant, “canchín”. Rafael Escajadillo “medicina fresca”. “Los mochos” denominan a los paisanos de la familia Chafloque Gonzales. “La camisola” es el apodo de doña Yolanda Mechán. “Los echale pa’ dentro” a los carpinteros de apellido Farro. “Cárguenme a mi vieja” le dicen a Mario Salazar Chafloque.
Los miembros de la familia Pisfil Lluén son conocidos como “los champús”. Al finado periodista Augusto Llontop Relúz le decían “tuto”. “Si hay, si hay si hay”, al desaparecido vendedor de pan, el señor Angeles. “Chin chin” es la “chapa” de los Lluén Chavesta. “Los bronquioles” a la familia Gonzales. La familia Seclén, “los muertos”. “Los quemaos” a la familia González. A los Llontop Sáenz conocían como “prosas”. La familia de César Llontop, “los macanos”. Armando Llontop, quien actualmente ha perdido el sentido de la vista lo conocen como “malaca”.
“Los mercaditos” son los miembros de la familia Espinoza Ballena. “Los pichilingo”, la familia Salazar. El extinto José Capuñay Senmache” clarito”. “La casita” a Héctor Puicón. “Cholón” a la familia Uceda de la avenida Grau. “El avión “a Rafael Puyén. “Jota” al desaparecido Miguel Llontop Relúz. “Diablo” al profesor Bernardino Sánchez. “Los sancochos” a la familia Yaipén.
Esta lista continúa, pero hay datos por confirmar. Existen apelativos como “párate duro”, “los zorros”, “pechente”, “chambico”, “la tetona”, “copito”, “los chalaos”, “los cuyes”, “la pailera”, que anhelamos completar, y para eso esperamos la colaboración de nuestros lectores.
Los apelativos que estamos publicando son una pincelada del ingenio de los paisanos, que de forma positiva o negativa muestran la idiosincrasia de nuestro querido Monsefú. Las “chapas” nacieron, se difundieron y se transmiten de generación en generación. Esta muestra debe crecer y también nos gustaría tener la información del motivo que generó su origen.
Hay personas que aceptan de buena gana el “mote” que tienen, pero existen otros que por alguna razón detestan su sobrenombre. Uno de ellos fue muy explícito. “Carajo, todo el esfuerzo que hicieron mis padres para ponerme nombre y apellidos para que un hijo de p…venga a ponerme una “chapa”.
Monsefú es tierra de pintorescos apelativos. Vamos a perennizarlos como una forma de seguir escribiendo la historia de “La ciudad de las flores”, pues como decía alguien que también tenía una “chapa”, Gabriel ‘gabo” García Márquez, “la vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda, y cómo la recuerda para contarla”. (LCG)

24 comentarios:

  1. Mi estimado amigo, que gusto me dio leer tu columna, me hizo recordar y reírme un poco de los apelativos que usamos para identificarnos y la verdad muchas veces si alguna persona foránea nos busca por alguna razón y pasa preguntando por Monsefu por nombre y apellidos casi nadie ma razón pero si preguntan por el apodo rápidamente les dan la dirección ..!
    Un fuerte abrazo, tu amigo :
    Hugo " Fruna " Llontop Araujo. .... jajaja

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  2. Un abrazo mi estimado Hugo. Es grato tener noticias de usted y ... me encanta su sentido del humor.
    Reír, amar y gozar permiten una vida más llevadera.
    Felices Fiestas Patrias.
    Luis Castro

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  3. Aunque mi abuelo fue un cajaamrquino migrante enamorado en muchas formas de Monsefu, se implanto bastante en la comuna oriunda, así pues mi padre y sus hermanos nacieron y/o crecieron en esta esplendida ciudad...
    Aquí entonces va la anecdota, en alguna oportunidad asistí al club Monsefu (allá por el 2002) por invitación de mi padrino "Kiko" Custodio y al presentarme a algunas personalidades bastante distantes de mis 19 años (de ese entonces) y comentarles quien era mi padre, no se ubicaban, pero entonces uno de ellos reconoció el apellido y soltó el apodo de la familia... desconocido para mi o para mi papá hasta ese entonces.... "el es hijo de uno de los Piquines".
    Imagina mi desconcierto, ya que esos patitos amarillos que salían en fila de la casa al costado de la iglesia eran los hijos del "gordo" Yeckle.... ajajajajaja
    Es posible que Mosefú a través de su gente siga maravillando a las generaciones a través de una sátira blanca o negra, pero ingeniosa al fin.
    Es importante también decir que el hombre en busca de su identidad debe reconocer que existe la alteridad... como nos ven los demás es una realidad, pero eso no nos define.... la tolerancia y el buen humor si ;)

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  4. Saludos mi estimado Dante:
    Gracias por esa anécdota y su buen humor.
    Y por cierto, nuestro saludo a un personaje inolvidable, "Kiko" Custodio.
    Felices Fiestas mi amigo,
    Luis Castro

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  5. Mi recordado Lucho:
    He leído tu comentario interesante, me haces recordar una frase de un artista plástico,de Cajabamba, don José Sabogal,que dice:QUIEN LLEGA A LAS RAÍCES DE SU PUEBLO LLEGA A LAS RAÍCES DE LA HUMANIDAD.
    Como ser humano me llegaste al espíritu de recordar antiguos apodos de nuestros paisanos, y en verdad es algo maravilloso dentro del folklore de los pueblos, son muestras de cariño y creo que nadie se molestaría. Por ejemplo me acuerdo de "ojo por ojo" a Héctor Yaipen, a "chicha" Lázaro Chumioque, "cejas de pato arrecho" a Antero Barco que vive en Sullana, y otros más que en este momento no recuerdo.
    Te felicito por que me reido tanto y he recordado los años de la juventud.
    Un abrazo,
    Felix

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    1. Saludos tío Félix:
      Gracia por su aporte y ameno comentario.
      En efecto, de lo que se trata es fomentar la cultura a través de hechos que recuerden y mantengan viva la riqueza de nuestro folclore.
      Un abrazo,
      Luis Castro

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  6. Muy interesante, muchas veces pasa que no te conocen por tus apellidos y por alli dicen quien es tu papá y bingo... yo soy hijo de Benito Farroñay y me dicen el que vende chivo en el mercado ...!!! Y respondo ese mismo y sale la euforia por el cariño a tus papás que al momento .... buena cronica y somos de la mejor tierra norteña

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  7. Saludos amigo:
    He conocido a tu padre, don Benito Farroñay, y me alegro que aceptes de buen ánimo lo que es una realidad en nuestro pueblo, acerca de los apelativos.
    Un abrazo,
    Luis Castro

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  8. Muchas gracias por tan bella historia, me has hecho recordar el ayer, recuerdo que el decir apodos, ya era sintoma de buscar donde correr y esconderse, ademas que recibir cualquier cosa que era arrojado por la otra persona, asimismo el verbo florido jajajajajja, en la etapa de colegio era mas terrible, pork la chocaban par la salida y habia unas peleas cortas, muy interesante tu cronica mi estimado Luchito, gran amigo, gran vecino, gran periodista, gran hijo, que nuestro siga iluminando tu etapa familiar y laboral, saludos de mi Familia Los Huesos, jajajajajjaja,,,,, Un fuerte abrazoooo,,,Walter,,,

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    1. Mi querido Walter:
      Eres el protagonista de esta crónica y me alegro que lo hayas tomado...como corresponde a personas cultas y de "buena correa".
      Un abrazo a la distancia y mis saludos y respeto para tu familia.
      Tuve inolvidables reuniones con vuestra familia en Pueblo libre que siempre recuerdo y atesoro.
      Un abrazo y Felices Fiestas Patrias.
      Lucho Castro

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  9. Me hizo reir tu columna y me hizo recordar a mi pueblo de monsefú que bueno que hagas estos apelativos un abrazo...

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  10. Quiero empezar mi comentario enviándote un fuerte y sincero abraso mi querido Lucho y felicitarte por esta hermosa y Jocosa columna, pero a la ves muy cierta, muchas veces nosotros mismos nos reímos de los apodos,pero es la única manera como en nuestro querido Monsefú o creo yo en cualquier otro lugar es muy fácil llegar a las personas que queremos ubicar o identificar, pero tambien es muy cierto que muchos de los nombrados en tu columna son personas muy respetadas y progresistas con buen sentido del humor, ojala esta crónica llegue a todos los Monsefuanos para que se diviertan con este magnifico comentario que haces.
    Desde esta Hermosa, Calurosa, Acogedora y "ARRECHA" Selva Peruana; te envió un fraterno abraso, esperando algún día volvernos a encontrar...
    PD: Te acuerdas del accidente saliendo de tu Matrimonio..Zaida Bravo, Cufo, Miky Reyes,Gaby Salazar, El Sambo Boggio...jajajajaj..

    Con mucho cariño y felicitaciones.
    Tu amigo que siempre te recuerda:

    CHAVA.


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  11. Eduardo “Chava” Llontop Araujo en persona. Que grato haber provocado con esta crónica la participación de amigos de antaño que asumen de manera positiva aquello que es una realidad en la familia monsefuana: los apelativos o “chapas”.
    Muchos saludos para ti mi hermano, saludos para Jorge y toda tu familia. Mi hermano Augusto, cuando estuvo por Monsefú, fue portador de las condolencias de mi familia a la tuya, con motivo de la desaparición terrenal de tu señor padre.
    Un abrazo para ti, y que sigan los éxitos por la siempre “arrecha” selva peruana.
    Lucho Castro

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  12. Una familia muy conocida en Monsefú son la familia Bernabé. El más conocido fue Eduardo "Tablón" Bernabé Effio.

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  13. Gracias por su aporte estimado amigo.
    Recuerdo a "Tablón" Bernabé Effio.
    Muchas gracias,
    Luis Castro

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  14. Buena crónica amigo lucho me hizo recordar a mi tierra mi familia son Los Chafloque Tullume "los toyos" como te reconocen en nuestro pueblo o en ocasiones que te encuentras con paisanos recordando a veces nuestra niñez cuando nos mandaban a comprar donde Doña palomita o done las quequos,los muertos y cuantos mas apodos hay en Monsefu felicitaciones por tu cónica saludos desde Lima

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  15. Muchas gracias amigo Chafloque.
    Es verdad, cuando éramos niños nos enviaban a comprar en tiendas de barrio cuyos propietarios tenían también sus “chapas”.
    Un abrazo y Felices Fiestas Patrias, amigo “toyo”
    Luis Castro

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  16. Me gustó mucho ! Sus crónicas son realmente una leyenda.
    Faltó el apodo de mi querido Padre jajajajaja.
    No creo sea difícil para ud. Llegar a saber.
    Bendiciones y que sigan los éxitos.
    Quiero y amo mucho Monsefú ... tierra de mis Abuelos y , Padre

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    1. Saludos mi estimado paisano:
      Gracias por su comentario. Por otro lado me gustaría que me dé una pista. ¿Dónde viven sus padres?, cuál es su apellido?, a qué se dedicaba su padre?, algo para me permita saber de quien se trata.
      Un abrazo
      Luis

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  17. Que bonito artículo que leere a mi padre Victor Gonzales Fenco, que seguramente no recordaran pero si digo Pacho Flecha jugador de basquet de Monsefú si jajaa, de verdad que lindo artículo.

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    1. Muchas gracias Milagros:
      Muchos saludos para usted y, claro, recuerdo a su padre, a Víctor Gonzales.
      Felices Fiestas Patrias y bendiciones para su familia.
      Luis Castro

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  18. Hola amigo el verdadero nombre de chaqueta es Jorge Uypan Curo (chaqueta), habia una familia que vivia en la calle Valloneta, que vendia chicha le decian "la veredita" "LOS CHIROS" eran los Uypan Custodio (Carlos, isidro, Juan, etc), a la familia Garnique les decian "LOS PODA"

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  19. Mi estimado anónimo, gracias por su aporte.
    Claro, Jorge Uypan es el popular "chaqueta" por su contextura física. Y "los poda" se referían a los integrantes de la familia Garnique.
    Muchas gracias por apoyar esta crónica.
    Un abrazo paisano,
    Luis

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