Escribe:
Luis A. Castro Gavelán
Nota de redacción. – Esta crónica está
dedicada a todos los monsefuanos que, con su entusiasmo, dieron origen a la
FEXTICUM, la actividad costumbrista y cultural que lucha por mantenerse vigente
y que carece de un solo fundador. No
pretendo rivalizar con nadie, pero tampoco soy conformista, solo anhelo demostrar
una verdad que brilla y resplandece. Por ello, insto a los familiares del
extinto Limberg Chero a que reflexionen y reparen su errónea actitud.
Algunos fundadores de la Fexticum:
Luis Castro,Limberg Chero, Oscar Salazar, Manfredo León. También aparecen Román
Llontop, Enrique Kant y Pedro Galarreta.
En
el mes de julio del presente año, observé imágenes del actual burgomaestre de
Monsefú denostando a los fundadores de la Fexticum. El ingeniero Manuel Pisfil
demostró con su vaporosa oratoria un agnosticismo en el tema de la Feria
de Exposiciones Típicas de Monsefú. Este hecho, concertado con la aparición de
la resolución #013129 emitida por Indecopi, con fecha 14 de julio del 2015,
engrosaron mi indignación. La Fexticum no es de una persona, es de todos los
monsefuanos y en especial de aquellos directores de las escuelas primarias, de
las autoridades edilicias de ese entonces, y
de algunos voluntarios y colaboradores, quienes propiciaron su
fundación.
Acostumbrado
a los avatares periodísticos, hice la firme promesa de llegar a la verdad. Así,
hemos reconstruido los momentos previos a la celebérrima actividad que marcó su
partida, ocurrida en julio de 1973. Un documento totalmente ilustrativo (denominado
Of.Cir.N°01- FEXTICUM) llegó a mis manos, gracias a los buenos monsefuanos
que anhelan la transparencia y la justicia. Lleva la firma de los tres
directivos que lideraron la primera feria: Manfredo León Plascencia en calidad
de presidente, Oscar Salazar Chafloque, alcalde de Monsefú y con el cargo de
vicepresidente; y el profesor Miguel Gonzáles Delgado, responsabilizado del
comité de rifas, tómbolas y juegos. No
aparece ningún exclusivo fundador.
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El documento es esclarecedor y concluyente |
Este
documento disipa las dudas, desvanece las cavilaciones y arrecia como una
contundente evidencia. La firma de estas tres personas deja al margen las
perogrulladas de quienes pretenden usurpar un bien que a la luz de los hechos no
les corresponde. Luego empezamos a entrevistar a muchas personas que tienen
mucho que contar. En total fueron 17 ciudadanos que armonizaron sus
declaraciones y confirmaron mi tesis.
Finalmente, logré entrevistar a dos de
los firmantes de ese documento convincente. El tercero, el profesor Manfredo
León, ya no está entre nosotros. Además,
revisé los archivos de mi padre, Luis I. Castro Capuñay, quien formó parte de
ese grupo de profesores fundadores en su calidad de director de la escuela
“Sabogal”. En sus libros publicados hay razones más que suficientes que encajan
con las versiones de mis dos entrevistados de lujo, el ingeniero Oscar Salazar
Chafloque, y el profesor Miguel Gonzáles Delgado.
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Ing. Oscar Salazar y profesor Miguel Gonzáles Delgado |
Sobre
el profesor Limberg Chero la totalidad de entrevistados refiere que fue una
persona entusiasta, que aportó ideas y que como servidor público hizo su
trabajo. Laboraba para el Núcleo Educativo Comunal #4 en la oficina de
“Extensión Educativa” (también conocida como OBE, oficina de bienestar al
educando) y por ello fue comisionado frecuentemente por el siempre ocupadísimo director
Manfredo León Plascencia para hacer seguimiento a las actividades previas a la
primera feria. “No era un voluntario, era un servidor público que estaba
haciendo su trabajo, comisionado por su jefe y presidente de la primera
Fexticum”, manifestó el profesor Miguel Gonzáles
Delgado.
Por
su parte, el ingeniero Oscar Salazar Chafloque, alcalde de Monsefú y vicepresidente
de la primera Fexticum, reveló que Limberg Chero lo visitó en su oficina en
representación de León Plascencia. Se le informó que era una actividad
costumbrista y cultural, por ello el alcalde Salazar Chafloque no dudó en
apoyar esta actividad. “El 30 de junio de 1973 me visitó Limberg en
representación de Manfredo León Plascencia. Fue un buen coordinador, un puntal
en estas labores, al igual que otros entusiastas profesores como Olga
Rodríguez, Miguel Gonzáles, Rosalía Casas, Tomás Valderrama, la madre
Elizabeth, entre otros”, recordó el exalcalde monsefuano.
Cuando
Salazar Chafloque, en su calidad de alcalde, se integró a la comisión
organizadora de la primera Fexticum, las reuniones se hicieron en las aulas del
colegio 11024 que dirigía la profesora Olga Rodríguez.Su céntrica ubicación
(parque central) fue importante para la reunión de las diferentes comisiones
(comida, rifas y tómbolas, periódicos murales, exhibiciones costumbristas,
desfile escolar, nombre de la feria, etc.)
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Detrás del profesor León, la recordada Olga Rodríguez |
Cada
centro educativo aportó iniciativas, tomó muy en serio su compromiso, pues del
éxito de la feria dependía la posibilidad de recibir algún dinero para solucionar
sus urgencias educativas. “como municipio no percibimos nada a cambio. Tuvimos
un éxito increíble y todo se repartió entre las escuelas participantes. Estuvimos
orgullosos de los resultados y decidimos que las utilidades se distribuyeran
equitativamente entre ellos”, reveló el ingeniero Oscar Salazar Chafloque.
Su origen.
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En
su libro “Monsefú, memorias de un pueblo líder, tomo II” mi padre, Luis Castro
Capuñay narra los orígenes de la primera
conversación que derivaron en la organización de la primera feria. Esta
revelación de mi padre fue corroborada por el profesor Miguel Gonzáles Delgado durante la entrevista que me concedió. “El Fexticum nace en forma ocasional, de una reunión de
directores del nivel primario. Esta reunión fue convocada por el entonces
director del Núcleo Educativo Comunal (NEC) Nº04,profesor Manfredo León
Plascencia.Las oficinas de esta entidad educativa se encontraban en el local de
la Escuela Parroquial “Nuestra Señora de la Misericordia, hoy San Carlos.La
cita de directores estuvo programada para las 8 de la mañana. Yo estaba
representando a la escuela Sabogal y al llegar un poco temprano, tuve la
oportunidad de recorrer los corredores del plantel y aprecié vestigios de una
fiesta: laureles, serpentinas, cadenitas, etc.Al llegar el profesor Miguel
Gonzales Delgado le pregunté el porqué de la fiesta. La respuesta fue precisa
“se ha celebrado una gincana deportiva y cultural con un éxito rotundo, con una
ganancia de por lo menos cien mil soles oro”.
Mi
extinto padre sigue su narración: “Los datos proporcionados despertaron mis deseos de hacer algo similar,
pero en unión de todas las escuelas. Conforme iban llegando se crearon
expectativas y mucho entusiasmo en cada uno de los directores, quienes vertían
opiniones saludables, tal como la señora Olga Rodríguez de Soto, quien muy
entusiasmada manifestó: “y nosotros qué hacemos, este es el momento de sacar
dinero para nuestras escuelas, porque no tenemos ni para franelas”.
Llegado
el momento de la reunión apareció el director Manfredo León y la agenda
programada derivó en una tertulia en la que finalmente se acordó hacer una
actividad similar a la efectuada por la escuela “La Misericordia”.Se formaron
tres comisiones: una para negociar los detalles de la actividad, otra para
distribuir las responsabilidades y tareas; y la tercera para elegir el nombre
de la feria.Por razones de trabajo León Plascencia no terminó la reunión y dispuso
a alguien de su personal, Limberg Chero, seguir coordinando con los docentes.
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El primer volante y la primera invitación a las personalidades de Monsefú |
El nombre de la feria. –
Se
formaron varios grupos para elegir el nombre. Entre esos grupos de trabajo
estaban los profesores Tomas Escajadillo, Vicky Limo, Limberg Chero y otros. El
historiador Luis Castro C. y el profesorMiguel Gonzáles comparten que ganó el
grupo del profesor Limberg Chero (integrado por dos personas más).
Con
la anuencia del director León Plascencia y entendiendo que los profesores
debían desempeñar sus funciones en las aulas de manera cotidiana, el profesor
Chero Ballena fue autorizado a cumplir varias misiones como, por ejemplo,
visitar al alcalde Oscar Salazar Chafloque. Aquí el profesor Gonzáles Delgado
es enfático en esclarecer que su colega Chero Ballena fue liberado de sus
tareas administrativas en el Núcleo Educativo Comunal #4 para cumplir con las
funciones encomendadas por su director Manfredo León, quien a la postre fue
elegido presidente de la primera Fexticum (Feria de Exposiciones Típico
Culturales de Monsefú)
La primera feria. -
Con
el aporte de todos los directores y el apoyo de la municipalidad de Monsefú, se
cambió la figura inicial, de una actividad deportivo-cultural, por la de una
feria con matices completos, con exhibiciones de danzas y bailes folclóricos,
dibujos, pintura y periódicos murales; exposiciones de joyas, túnicas, obras de
carpintería, sastrería y pirotecnia. Además, rifas, tómbolas, gimnasia; una
fiesta bailable en el mercado de abastos y la venta de comida. La fecha
propicia fue el 29 de Julio de 1,973 por el atractivo de las Fiestas Patrias en
todo el Perú y por lo tanto, también se organizó una parada cívica con la
presencia de delegaciones de todos los centros educativos de Monsefú.
Cada
escuela fue encargada de cocinar un potaje diferente y la responsabilidad de
organizar una de las tantas actividades programadas. También hacer una típica
ramada para expender las comidas y bebidas. La escuela 11030 que dirigía la
desaparecida Olga Rodriguez preparó pepián de pavo, la escuela “Sabogal”
elaboró espesado. Otros centros educativos: arroz con pato, causa, escabeche de
pollo, cabrito, ceviches, etc. Para asegurar los ingresos se comprometieron a
casi todos los padres de familia, a quienes se les vendió por anticipado, los boletos
para consumir los platos típicos.
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En las ramadas típicas se expendieron las comidas |
Llegado
el día de la inauguración el éxito sonrió a la FEXTICUM, miles participaron. No
solo estuvieron los residentes monsefuanos, sino que también lo hicieron
ciudadanos de distritos cercanos animados por los múltiples eventos y
exposiciones.
Como anécdota se recuerda que muchas personas acudieron con sus
boletos para reclamar la comida y se encontraron con la sorpresa que ésta se
había acabado.
Entonces
los organizadores decidieron esa misma tarde repetir lo acontecido al día
siguiente para resarcir la molestia de quienes se quedaron sin saborear los
ceviches, parihuelas y todo el bagaje de platos gastronómicos que Monsefú
ofrece a los más exigentes paladares.
Una tras otra edición. -
Tras
el éxito logrado en la primera edición, esta actividad se repitió una y otra
vez. Fue creciendo gracias a sus fundadores. En otras crónicas he dado cuenta
de lo que pienso sobre la situación actual de esta feria, que urge de una
reorganización y el apoyo de manos empresariales, pero ahora quiero dejar
esclarecido su origen. La FEXTICUM no es de una persona, le pertenece a quienes
la iniciaron con su entusiasmo y deseos de mejorar sus proyectos educativos. En
ese sentido, va mi reconocimiento póstumo a quienes ya dejaron de existir, y a
otros monsefuanos que aún están con vida: Miguel Gonzáles Delgado, Olga
Rodríguez Poémape, Felipe Salazar Chafloque, Luis Castro Capuñay, el director
del Nec. profesor Manfredo León Plascencia, el secretario Luis Chafloque
Custodio, el coordinador Limberg Chero Ballena,José Ballena Ballena, Soledad
Gonzales, Rosalía Casas, Julio Ayasta, Violeta Sialer, Tomás Escajadillo, Tomás
Valderrama, Elmer Ortiz Zegarra, el recordado padre Terry Thompson, José
Senmache. También al Ing. Oscar Salazar Chafloque, alcalde que prestó su apoyo
incondicional. A algunos miembros del cuerpo edilicio como Enrique Kant y Pedro
Galarreta. Por supuesto, nuestro recuerdo a las religiosas: madre Elizabeth y
madre Dorotea.
“La Fexticum no es de una persona, es de
todos los monsefuanos y en especial de aquellos directores de las escuelas
primarias y secundarias, así como de las autoridades edilicias de ese entonces,
quienes propiciaron su fundación”.
El
ingeniero Oscar Salazar recuerda que con las utilidades ganadas, la Comisión
Central destinó equitativamente dinero para las escuelas organizadoras. El
municipio de Monsefú decidió no percibir compensación económica alguna y
recomendó considerar un dinero para la construcción de dos aulas en la escuela
del Pueblo Joven Jesús Nazareno Cautivo. Se sabe que se destinó un dinero para
la referida obra.
Ahora
que ha sido esclarecido el origen de la Fexticum, espero que el alcalde Pisfil
pueda corregir su desdeño y lidere un renacer de esta feria
gastronómica-costumbrista. En una crónica anterior he informado muchas
sugerencias que entusiastas paisanos han aportado y que deben ser tomadas en
cuenta.
Creo
que la familia del profesor Chero Ballena ha intentado mantener en el umbral de
los recuerdos a Limberg, como todos quisiéramos con nuestros seres queridos.
Pero este anhelo que pretendió ser alumbrado por los fulgores de la gloria, ha
terminado en una especie de tramoya en olor a conspiración, que nos obligan a unos aplausos displicentes, en vez de reconocimiento por su aporte a la cultura
monsefuana. Creo que la alemana Silvia Hartmann tiene algo que ofrecer a la
familia Chero: “Un minuto de gratitud puede lavar las desilusiones de toda una
vida”.
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El documento oficial de Indecopi que muestra la errónea actitud de la familia Chero |
Me
despido con una frase que pertenece al libertador venezolano Simón Bolívar: “Las buenas costumbres son las columnas de las leyes; y el ejercicio de la justicia es el ejercicio de la libertad.” ( LACG)
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Las seis primeras soberanas. Bellas por dentro y por fuera, representantes de la mujer monsefuana
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