Escribe:
Luis A. Castro G.
Nota de redacción. - En la
última crónica del año decidí llevar
adelante un sondeo para conocer qué piensan los
monsefuanos sobre las virtudes y defectos de nuestra ciudad, sobre lo más destacado y las preocupaciones
explícitas que acontecen. Un total de
87 personas, a quienes agradezco, se dieron el tiempo para enviar sus mensajes
y los resultados se muestran a continuación.
No hay un ciudadano
en el mundo más orgulloso de su terruño que el monsefuano. Nos convertimos en trovadores y recitamos
nuestro mejor poema cuando hablamos de Monsefú, pedazo de tierra del que nos referimos con exquisito amor, con ese
amor verdadero que emerge al añorar nuestra infancia y nos obliga a retornar
siempre a ella. Pero esa identificación también va de la mano con una amalgama de sentimientos, desde
la nostalgia y el orgullo por ese rinconcito peruano; y la natural preocupación
porque no somos felices cada vez que reconocemos que algunos malvados la conducen
por el lastre.
Italo
Calvino, periodista italiano, decía que “las ciudades son un conjunto de muchas
cosas; memorias, deseos, signos de un lenguaje; son lugares de trueque, como
explican todos los libros de historia de la economía, pero estos trueques no
son sólo de mercancías, son también trueques de palabras, de deseos, de
recuerdos”. Y los deseos y recuerdos son los que exhibieron los encuestados,
varios de ellos con residencia fuera de Monsefú, pero que están
pendientes de lo que acontece en la llamada “Ciudad de las flores”. Por eso el resultado de esta encuesta es
significativo, es una muestra tangible que debería ser considerada por las
autoridades de turno.
La mayoría de
los participantes hicieron notar su complacencia por alguna rara, pero grata coincidencia:
todas las personas o instituciones con descollante actuación están relacionadas
con aspecto educativo. Así, hay gratitud por la labor de los estudiantes del
colegio “San Pedro” que reiteran sus éxitos en competencia escolares y
constantes ingresos a las universidades peruanas. Nuestra felicitación a Juan
Elmer Caicedo, al director Juan Manuel Salazar Arenas y el profesor Dennis
Caicedo.
De igual
modo, el reconocimiento al profesor David Ayasta Vallejo, director del colegio “San
Carlos”, por sus logros profesionales y su efectiva labor al frente de una institución
estandarte en la educación monsefuana. Por consiguiente, los encuestados están identificados
con las actividades desplegadas por la asociación de exalumnos diegoferrinos presidida
por Arturo Boggio, pues gracias a ese impulso, hay un nuevo amanecer en el Colegio
“Diego Ferré”.
Si lo destacado
tiene una coincidencia con la educación; lo preocupante con sabor a desgracia
es variopinto. Hay muchas cosas negativas, empezando por la inanición del
actual alcalde Manuel Pisfil. A partir de ahí nace el mal ejemplo y como dice
el psicólogo Johnny Reyes Cigueñas, la autoridad edil “está optando por la improvisación, no se siente gestión alguna”. Entonces aparecen
una retahíla de temores e inquietudes lideradas por la inseguridad ciudadana. “La
mayoría no se siente a salvo en sus casas y la percepción de peligro acrecienta
en las calles” reclama el recordado “zambón” Guillermo Uceda. Los vecinos
muchas veces desisten denunciar los actos criminales porque no confían en su policía,
excepto en el Suboficial Luis Ninaquispe. También, aún esperan un
mejor trabajo de la mayor PNP Astrid Salas. Urge una mayor presencia policial en
las calles, de custodios del orden íntegros y del fortalecimiento de los
servicios de inteligencia e investigación criminal.
La inseguridad ciudadana y el desorden del transporte son problemas álgidos. |
Si la inseguridad ciudadana es un grave dolor de cabeza, no dejan de preocupar temas álgidos como el transporte y su desorden, como demanda el artista Carlos Ayasta. Además, es urgente la culminación de la obra del Plan Maestro y una solución a las frecuentes ausencias del servicio de agua potable; de los apagones que dañan los electrodomésticos y se convierten en cómplices de los criminales que anhelan calles oscuras para atacar a sus inocentes víctimas, especialmente mujeres.
Otros reclamos
de los vecinos son las discotecas que proliferan por la ciudad desprovistas de
elementales medidas de seguridad y que se convierten en un pandemónium para los
vecinos que soportan bullas, vejámenes, peleas callejeras, etc.
Otras críticas son al escaso apoyo al deporte, la falta de campos deportivos. El biólogo
y empresario Cristian Nanfuñay urge de la reconstrucción del mini
coliseo, cerrado hace un par de meses. Por supuesto es también una preocupación
la tugurización del mercado de abastos, la falta de un camal para sacrificar el
ganado.
Muchos vecinos
cuestionan el escaso discernimiento del alcalde para podar frondosos árboles que daban sombra y oxígeno a la ciudad. ¿Cuándo luchamos contra
la contaminación y los cambios climáticos, nos damos el lujo de cortar árboles?
Es inaudito, verdad.
El mercado de Monsefú yace tugurizado. |
Y hay un
problema que no concierne exclusivamente a la autoridad edil. También
corresponde a los vecinos: se trata de la limpieza de la ciudad, del recojo de
la basura, del ornato de Monsefú, distrito
que basa el 29% de su economía al turismo local, regional e internacional. A
los ciudadanos les pido demostrar su cultura, civismo y amor por el terruño. En
este punto, nuestro pedido es a nuestros artesanos y propietarios de
restaurantes. La competencia se da en el servicio que ofrecemos y no en estar
peleados como “perros y gatos”. Hay que unirnos para cuidar esa fuente de
ingresos económicos. Garantizar seguridad, esparcimiento y limpieza es mejor
que ofrecer una visión negativa de nuestros servicios. Hay que cuidar “la
gallina de los huevos de oro”, no seamos insolentes y maleducados con el ornato
de la ciudad, demanda Rosana Vallejo.
Al terminar esta crónica
de lo mejor y peor del 2019, expreso mi reconocimiento a los anónimos
monsefuanos y algunas instituciones que llevaron una sonrisa a los niños por Navidad.
Gracias por esos gestos. La felicidad es mayor cuando damos y motivamos los
sentimientos de esas inocentes criaturas.
Es mejor dar que recibir. Muchos voluntarios arrancaron una sonrisa en Navidad a los menores. |
El destino de cada ser
humano no está escrito. Pero el lugar en que nacemos sí lo está. Nuestra vida
es una constante aventura, nos dejamos llevar por el intento de estabilidad laboral,
profesional y económico; pero una y otra vez volvemos al lugar donde iniciamos
esa aventura. Física o mentalmente seguiremos conectados con nuestro Monsefú,
de eso no cabe duda: la añoramos con profunda cavilación. El poeta y premio
nobel chileno Pablo Neruda decía que “sólo con una ardiente paciencia
conquistaremos la espléndida ciudad que dará luz, justicia y dignidad a todos
los hombres” (LCG)
Norma Montenegro dice:
ResponderBorrarSí, los monsefuanos participantes lo cantaron bien, es lo que está sucediendo en Monsefú, una mezcla de alegría en las reuniones que se promueven, pero sin dejar de sentir los temores por la inseguridad persistente, que se informa en los diarios locales y autoridad sin ruta determinada. Perfecta interpretación Luis.
Muchas gracias por estar cerca de nosotros los peruanos monsefuanos.
Muchas gracias por vuestro comentario estimada prima.
BorrarAlcides Lluén dice:
ResponderBorrarEl alcalde no ata ni desata. Le quedó demasiado grande el puesto. De los concejales, ni hablar. Felicitaciones al colegio San Pedro.
Gracias Alcides. Valoro su comentario.
BorrarHasta cuando vamos a aprender a elegir no con el corazon ni con partidarismos. Nosotros somos culpables de la situacion de nuestro pueblo por nuestras malas decisiones. La violencia, los robos, la falta d limpieza, el transporte, las motos que no respetan, todo esta mal, muy mal.
ResponderBorrarEleodoro
Tiene usted mucha razón Eleodoro. Elegimos autoridades de escasa capacidad, que finalmente decepcionan.
Borrar