domingo, 3 de noviembre de 2013
La marinera en Monsefú…tiene otro sabor
Luis A. Castro Gavelán
Una inusual reunión para reverdecer la tradicional y simpática marinera monsefuana se efectuó en las instalaciones de radio “La Norteña” gracias al poder de convocatoria que tiene el responsable del programa radial “La verdad es noticia”, Felipe Vallejo. Varios alcaldes de la zona aportaron su tiempo e ideas para consolidar una actividad destinada a reivindicar el estilo de nuestra marinera, caracterizada por ser una fiel expresión de lo que emana del corazón, llena de sabor, picardía y garbo; contra la elegancia de la “marinera trujillana”, demasiado estilizada pero que a su favor tiene el eco propagandístico a nivel nacional.
Y celebro este encuentro de burgomaestres porque reconocen que nuestra marinera peruana tiene dos estilos bien diferenciados: la monsefuana y la trujillana; pero que al mismo tiempo enriquecen esta peruanísima danza que está por encima de ritmos similares como la cueca o chilena, de Chile; la zamba argentina o la cueca de Bolivia.
Esta danza declarada patrimonio nacional, que tuvo por madre a la zamacueca ( danza colonial del siglo XIX), nació como producto del mestizaje engendrado tras el descubrimiento de América . No queremos entrar en detalles sobre este acápite; pero sí queremos convenir que la marinera peruana ha consolidado su presencia con dos estilos bien marcados: la monsefuana y la trujillana. La marinera de Trujillo, estilizada, como dije, tiene sus variantes en la denominada marinera limeña, elegante y cadenciosa. Otras tendencias son aquellas que se bailan en la serranía del Perú con una acrecentada influencia del huayno.
Pero la nuestra es otra cosa, la marinera monsefuana se baila descalzo, enseñoreando el pañuelo, la pareja actúa con vivacidad, un toque de coquetería y mucha improvisación. Enriquece esta danza los contrapunteos a base de frases picantes y audaces expresiones que invitan a la jarana, al criollismo nato rojo y blanco. Esas eran las marineras que se bailaban en las fiestas del malogrado doctor Miguel Custodio, en las casas-quintas como de don “Izique”, las celebraciones de los Senmache, los Romero, los Pisfil, los Flores; o aquella que en los setenta danzaba el buen “Charún” Casas con la profesora Norma Irigollen.
Entonces los tres alcaldes invitados, Alejandro Ñíquen de Ciudad Eten, Julio Huertas de Reque y Jaime Contreras, de Puerto Eten, acordaron impulsar el próximo mes de julio del 2014, con motivo del Fexticum, una actividad departamental donde cada distrito, incluidos los que integran la Mancomunidad Mochica presentará dos marineras que son el fiel reflejo de la peculiaridad monsefuana, incluida su alegoría, con una exclusiva agenda: dar un impulso y recuperar el tiempo que ya nos tiene ganado Trujillo. Los ocho distritos del circuito mochica harán gala de una sincronía, una sana competencia de la que saldrá ganando –sin duda- nuestra danza con categoría de Patrimonio Nacional.
Casi al finalizar la reunión, apareció la quisquillosa alcadesa de Monsefú, Rita Ayasta, cuya desgastada imagen le juega una mala pasada. Sus mentiras y personalidad dotadas de un molieresco tartufo se hicieron presentes para saludar –como anfitriona- la visita de sus colegas.
A todas luces la idea es fantástica, suena rimbombante y gallarda. Nuestro tradicional estilo de bailar marinera va camino a recuperar su sitial, gracias este compromiso de los alcaldes y la feliz iniciativa de Felipe Vallejo. Pero el periodista también goza del respaldo de un inconmensurable defensor de lo nuestro, el conductor del sintonizado programa radial “Corazón norteño” y propietario de radio “La Norteña” César Flores.
A César hay que agradecer su aporte para cultivar lo nuestro. Tiene una encomiable biblioteca musical de marinera y de música criolla. Entonces al César lo que es del César.
Ahora hay que rogar que ese acuerdo se lleve a cabo. Algunas dudas me embargan porque esta nueva camada de políticos tiene una protuberancia adicional en la nariz. Sus propios conciudadanos los acusan de no hacer bien la labor edil encomendada. Ellos no son de alta alcurnia, ellos son de “alta mecedora” con la que pasean y pasean, principalmente el salaz Alejandro Ñíquen.
Así lo dijeron una treintena de personas a las que llamé por teléfono para saber su opinión sobre la autoridad municipal que los gobierna. Y los de Reque, Monsefú, Ciudad Eten y Puerto Eten tuvieron nota desaprobatoria. Entonces me vino a la memoria ese magnífico cuento del extinto Nobel de Portugal don José Saramago.. “ La nieve negra”, donde dice que hay que tener cuidado con los niños, porque son seres extraños que se vuelven hacia nosotros con sus rostros lozanos, que son irónicos y gentiles, débiles e implacables, y siempre ajenos…son una especie desconocida, como lo son nuestros alcaldes.
Que este proyecto se cristalice y no tenga un sápido amargo. Gánense la gloria señores burgomaestres y hagan realidad ese festival histórico, consuetudinario y secular. La “china” Miura ya alista pañuelos para dar lo suyo. Ella puede asesorar a quienes van a representar a sus distritos en este epónimo concurso que al mismo tiempo ayudará a mejorar las actividades del Fexticum 2014.
( Agradecimiento a César Flores por las fotografías )
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