domingo, 20 de noviembre de 2011

Monsefú vivió una histórica jornada


Alumnos y profesores confundidos en una foto para el recuerdo.(cortesía Dr. Walter Salazar García).

Algunos ex profesores del "Diego Ferré" como Vilma Custodio, Gaby Capuñay, David Alarcón,Norma Irigoyen y otros. Adelante va el siempre querido profesor Roberto Reaño.
Promoción 2000, Elmer Uypan Y. ( cortesía, César Pazos)
Integrantes de la primera promo 1961-1965 con Carlos Raffo, Carlos Farro B. y otros.

La promo 1966 Carlos Conroy.



Muy contentos,los integrantes de la promo 1978 posan con nuestro querido profesor Roberto Reaño.



La promo 1970 con Pedro Atencio, Pedro Salazar,Julieta Castro,entre otros.

Escribe: Luis A. Castro
Fotos : Marcos Guevara G.
Una apoteósica jornada vivió Monsefú , tal vez comparada con la celebración que nuestro distrito experimentó por sus 100 años de elevada a la categoría de ciudad. Pero esta vez no hubo una partida económica ni existió la presencia política que impulsó dicha efemérides. Fue una fuerza impelida por esa sensibilidad propia de quienes pasaron por las aulas del Diego Ferré y que con ansias de redimir a su alma mater personificaron su entusiasmo y lograron algo histórico.
Fue una formidable demostración de afecto y gratitud, de nadar contra la corriente por una causa justa y por eso podemos calificar de histórico acontecimiento lo protagonizado por los ex alumnos diegoferrinos que a base de empuje y tesón hicieron sentir que el “Diego Ferré” es más grande que sus problemas y se erigieron en unos paladines que derrotaron la ignominia a la que nos han postrado ciertos docentes que cual “aves de paso”, no han respetado el prestigio y reputación de un colegio como el nuestro.
Y por eso, a manera de reivindicación, miles de ex discípulos que viven en Monsefú y otros que llegaron de todo el Perú e incluso del extranjero lucieron sus mejores galas para testimoniar un reencuentro por todo lo alto. Fue emocionante apreciar a los integrantes de las promociones cuando se enjundiaron de abrazos y expresiones de estima al volverse a ver después de muchos años y a paso marcial desfilaron por el estrado de honor contribuyendo con el homenaje por las “Bodas de Oro” del plantel.
La parada se cumplió en olor a multitud. Los ex colegiales, la mayoría de ellos ahora profesionales y padres de familia fueron ovacionados por sus propios hijos, por sus parientes cercanos. Vitorearon a los suyos, muchos aplausos, algunos derramaron lágrimas al presenciar la gallardía de quienes hicieron sentir que nuestro alma mater, el “Diego Ferré”, está convaleciente, pero no exánime.
Y mientras oteaba el cabello blanco de los integrantes de la primera promoción como Dina Bances, Margarita Cholán,Carlos Farro, Juan Manuel Salazar Arenas,muchos de ellos maestros de profesión ;evoqué aquella tarde en que los doctores Miguel Custodio Pisfil y Víctor Senmache Orbegozo, el poeta José Alfredo Delgado y otros concertaron con el entonces diputado lambayecano don Genaro Barragán, la creación del “Diego Ferré” durante un almuerzo en el lugar más exclusivo de la época, la quinta de don Máximo Romero.
En esos tiempos contábamos con una buena “vara”, otro lambayecano era presidente de la Cámara de Diputados, don Armando de la Flor Valle.Y entonces las gestiones tuvieron luz verde y el reverendo padre Carlos Conroy se encargó de dictar la primera clase en las aulas del naciente colegio que funcionó inicialmente en los ambientes del Centro Social Monsefú.
Fue un 24 de noviembre de 1,961 .No intervinieron las hermanas Santa Cruz ni doña Victoria Giles. Los “parteros” fueron Genero Barragán y Armando de la Flor que hicieron eco al deseo de los monsefuanos, de contar con un colegio nacional.Tengo que hacer alusión a un grande,don Oscar Torrez Asurza que se constituyó en nuestro primer director y al multifacético hijo predilecto Carlos Conroy,que además de ser párroco también fue alcalde de Monsefú y marcó hito como profesor al dictar magistralmente la primera clase: inglés.
Los preparativos.- Tengo que reconocer la motivación adicional de quienes laboran en radio “La Norteña” que pusieron sus ondas al servicio de este festejo.Los ex alumnos que lideraron este evento se sintieron respaldados por un medio de comunicación de propiedad de un ex diegoferrino como César Flores. Entonces integrantes de diversas promociones egresadas tuvieron un tácito respaldo y las coordinaciones se hicieron más fluidas.
Faltando dos semanas para la fecha señalada, los preparativos por los 50 años tuvieron otro matiz. Integrantes de cada promoción se buscaron, se hallaron utilizando a un amigo, el teléfono,las páginas sociales que ofrece el internet o la radioemisora. Luego se reunieron y ultimaron detalles. Anécdotas hay por doquier. Fácil podría hacer un libro si los protagonistas toman contacto con este cronista. Mi primo Marcos Guevara, con quien coordiné las fotos del reencuentro no sabía si desfilar con su promoción , hacerlo como ex docente o ahora nuevamente como docente. A final creo que como deportista se dio maña para desfilar por el estrado tres veces.Mi hermana Rosa que llegó desde España volvió a verse con sus compañeros de la promoción “Fanny Abanto” .Ella contagió a mis otras hermanas: Mercedes y Dora Liliana.Las tres parecían adolescentes yendo de un lugar a otro para finiquitar con sus colegas y desfilar adecuadamente.
Una nota aparte merecen quienes en el mes de noviembre hicieron su “agosto”. Los sastres y confeccionistas ,los publicistas que hacen banderolas,los dueños de restaurantes y en general todos los comerciantes de Monsefú que vieron incrementados sus ingresos. Después del desfile las picanterías,restaurantes y los conocidos “huecos” y “chicheríos” estuvieron abarrotados. Muchos se dieron el lujo de cerrar sus puertas.No entraba un alma más.
El domingo 20 de noviembre quedará grabado en las retinas los ex diegoferrinos y público monsefuano.Empezó la actividad con la presencia masiva de muchos en la misa de 7 de la mañana. Escuché oraciones y plegarias para que el “Diego” recobre su sitial. Algunos fueron muy de temprano al colegio para recordar la carpeta donde se sentaron,el aula que los albergó y tropezaron con un tullido.Las carpetas se caen,los baños se asemejan a letrinas de poca monta y la infraestructura da muestras que hay algo que hacer.El estado del colegio es pésimo,atroz.
Ojalá que alguna iniciativa surja para mejorar el colegio,que la efervescencia de las fiestas también tenga un ápice de contribución directa con la infraestructura y gestiones para mejorar la plana docente .Coincido con el poeta trujillano César Vallejo, “hay hermanos mucho que hacer”.
A manera de corolario me pregunto… que hubiera sucedido si a la cabeza de estas celebraciones por las “Bodas de Oro” hubieran estado don Oscar Torrez,el profesor Roberto Reaño,David Alarcón, Manuel Elera Castro,el padre Carlos Conroy, Isaac Cabrera, Vilma Custodio, Max Túllume, Francisco Rentería,Pablo Moreno, Imelda Cervera y otros tantos ilustres docentes. Por que como dijo Henriqueta Lisboa… “el maestro deja una huella para la eternidad; nunca puede decir cuando se detiene su influencia” y gracias a esa influencia los ex alumnos hemos podido redimir en algo nuestra alma mater. Pero con ellos…el nivel habría sido otro, estoy seguro.




La promo 1987 con Cesitar Flores a la cabeza.




Integrantes de la promo 1988

viernes, 18 de noviembre de 2011

Al colegio con cariño


Frontis del colegio Nacional Mixto "Diego Ferré Sosa".

Algunos profesores diegoferrinos.Entre ellos la Sra. Imelda Cervera y los fallecidos Eutimio Díaz y Juan Ubillús Curo.

Escribe : Luis A. Castro Gavelán
A la escuela vamos a aprender las primeras letras, a explorar, a convivir con nuestro segundo padre o madre- llámese maestro- y experimentar una sensación diferente a la que vivimos cotidianamente en el hogar. Pero cuando asistimos a un colegio es diferente. Ahí vamos a confirmar que tan buenos somos para dar el salto a la profesionalización o simplemente vivir la vida acorde a nuestras circunstancias.
Es en el colegio donde desarrollamos nuestra propia identidad y habilidades sociales para interactuar de la mejor forma con el mundo que nos rodea. Es en el colegio donde descubrimos aquellas cosas que nos apasionan y nos preparamos –con el apoyo de los profesores – para ese futuro que sueñan con nosotros quienes nos engendraron.
Y este prefacio está direccionado al alma mater de Monsefú, el colegio Diego Ferré Sosa, entidad educativa que en breve cumplirá 50 años al servicio de la educación. Por sus aulas han pasado miles de estudiantes que ahora intentan –más con entusiasmo que con brillos de organización- celebrar esas “Bodas de Oro” .
Una secuela de acciones nefastas han hecho que esa egregia frase de “El diego es el diego” haya empezado a reducirse a su mínima expresión como consecuencia de la parvedad de su plana docente encabezado por su directora, que arrastra hechos bochornosos que generaron la noticia incorrecta, la noticia nada grata para un centro con el prestigio que anteriores años ostentó. Entonces entre acusaciones y actos que no tienen nada que ver con la educación nos ganó el tiempo y en medio de esa maraña de intrigas la fiesta de las “Bodas de Oro” se parece a un avión con destino, pero intrincado en una tormenta.
Pero ahí, donde late un alma diegoferrina existe un monsefuano y eso es el empuje que está originando que dicha fiesta no pase desapercibida y que se oriente a un agradecimiento eterno para quienes sí estuvieron identificados y compenetrados con el quehacer pedagógico, y orientaron sus conocimientos a favor de esa mágica atmósfera que potenció la consolidación hoy por hoy de miles de profesionales en todos los ámbitos y que están diseminados en todo el Perú y el extranjero.
Desde ese punto de vista quiero recordar a personajes que durante mi paso por las aulas del Diego Ferré se erigieron en paradigmas de la educación como el maestro de las 4 erres, don Roberto Raúl Reaño Ramírez, el hombre de las matemáticas y que como director del colegio tuvo una encomiable labor. A él hicimos un homenaje con muchos compañeros diegoferrinos en Lima con motivo de las “Bodas de Plata” del colegio y como corolario de aquella jornada que vivimos al entregar computadoras.
El Diego Ferré ingresó al mundo de la modernidad gracias al gesto de un conglomerado de ex diegoferrinos pertenecientes a diferentes promociones que se unieron para una loable misión. Recuerdo a Dante Angeles, Miguel Custodio, Walter Yeckle, Graciela Cumpa,Próspero Pisfil, José Puyén, entre otros.
Mis recuerdos a maestros como Vilma Custodio, Gaby Capuñay, los extintos Francisco Rentería Panta y Juan Ubillús ; Máximo Túllume Garnique, David Alarcón, Pablo Moreno, Isaac Cabrera, Gladys Barrenechea, Marcos Chafloque, Imelda Cervera, Eutimio Díaz,Ubaldina Torrez. Mi afecto a dos personas que cada mañana nos recibían en la puerta y cuidaban las instalaciones del colegio. Don Carmencito y el fallecido señor Carlos Carrión. A este último mis colegas de estudios Teodoro Flores, Tito Eneque y Teodoro Fiestas ( conocido como “gorila”) siempre lo recordarán porque aún le deben las decenas de encimadas y empanadas que tomaban ‘prestado” luego de una palomillada escolar.
Abogo por un mejor futuro del “Diego Ferré”. Anhelo un porvenir como el que quiere Monsefú, que el Diego enrumbe por el sitial que años atrás le permitía gozar de un prestigio que nadie se lo regaló y lo ganó en base a triunfos en concursos educativos, éxitos en jornadas deportivas a nivel departamental y la presencia en la vida económica del país con profesionales de valía.
El Diego Ferré Sosa cumple 50 años y Monsefú está de fiesta. Que la algarabía que hoy evidencian quienes se sienten identificados con ese alma mater perdure para cristalizar un relanzamiento de su nivel educativo. Que ya no se mencione al Diego como centro de diatribas y actos inmorales, sino que recupere el horizonte que muchos añoramos.


Ex alumnos diegoferrinos durante las actividades por las "Bodas de Plata" que culminaron con la entrega de computadoras para el plantel.

martes, 8 de noviembre de 2011

Un reencuentro con gratitud


Nota de redacción .- Este artículo es un homenaje a las monjas y religiosos canadienses que nos visitaron con motivo de recordar los 50 años de su llegada.Fue una linda experiencia que graficamos gracias a la contribución de mi primo Marcos Guevara Gavelán.

Por Luis A. Castro
Escuché la noticia, supe que ellos ,las religiosas y religiosos que forman parte del legado histórico de Monsefú iban a retornar 50 años después para confirmar que no se han olvidado de nuestra tierra. Entonces cerré los ojos e ingresé a la “máquina del tiempo” para recordar aquellos rostros blancos, diáfanos y llenos de dulzura ; e imaginarme cómo estarían ahora, con el semblante geronto como consecuencia de los años que marcan y dejan huellas, con una estela de canas que coronan sus níveas figuras.
Y gracias a Dios por haberlos puesto en el camino correcto a esos religiosos, que una buena mañana de octubre de 1,951 llegaron desde tierras distantes para compartir sus creencias e impulso cultural en nuestra sociedad monsefuana; y gracias a Dios por esos ex alumnos carlinos y gente que llegó desde sus arrabales para – en nombre de Monsefú -expresar su afecto y decir sin medias tintas que somos personas agradecidas y que no olvidamos a las Madres de la Misericordia y a los sacerdotes como el interfecto Carlos Conroy, y que aún palpitan en nuestros corazones esos buenos gestos .
Monsefú se reencontró con un puñado de hombres y mujeres que hace 50 años comparecieron para cambiar –para bien- las mentes de jóvenes que forjaron una educación a la americana-canadiese, con disciplina, puntualidad y amor cristiano. Llegaron Carmelita,Alicia,Wilma,Mercedes,Brígida,Liz, Gabriela y otras mujeres que desde jóvenes consagraron sus vidas al servicio de Dios y que buena parte de sus años los dedicaron a esos cientos de ex carlinos ,hoy cincuentones, que alborozados y sonrientes comprometieron su asistencia para reiterar su agradecimiento.
La agenda estuvo nutrida, muchas reuniones y actos de camaradería,muchas muestras de afecto y vivencias que incluso dio pie a la participación de la alcaldesa Rita Ayasta.Junto a las monjas y ex monjas también engalanaron la delegación sacerdotes como el padre Juan Madiggan, el padre Diego; el padre Terry, hoy retirado.
Y la alegría que me embarga por la presencia de las monjas en Monsefú acrecienta por la actitud de Liliana Escajadillo, Damna Moree, Itala Kant, Angelillo Boggio, Griselda Uceda ,la “china Miura”,Pilar Senador, Higinio Capuñay ( padre de Harold) y otros tantos ex carlinos que hicieron lo conveniente y ejecutaron tareas que asumen personas de verdad, individuos que tienen principios y saben valorar la palabra “agradecimiento”.
Por eso las expresiones de simpatía,los episodios rebosantes de ternura con abrazos y besos que jamás claudicaron, con esas lágrimas que cayeron en las mejillas de los participantes. Porque los sentimientos eran de verdad, incluyendo la presencia de una buena cantidad de monsefuanos que por razones laborales y profesionales ya no viven en la “patria chica”, pero volvieron, se dieron el justo tiempo y eso es encomiable.
Gracias a los ex carlinos estamos siendo agradecidos con nuestra historia, reivindicamos que esa congregación ya no esté entre nosotros y alumbramos un vivo ejemplo para que nuestros jóvenes sepan que la vida tiene sus aristas, entras ellas aquellas que nos permiten evocar instancias que tienen que ver con la gratitud.
Gracias a esta bella experiencia la canción “Yo soy de Monsefú” se ha hecho más famosa, los canadienses la han hecho suya y se sienten identificados con “la hermosa tierra donde eché a volar mis sueños”.La bendita tierra del Cautivo Nazareno fue escenario de entusiastas danzas, de bailes de cabecitas blancas con sus ex alumnos, de contorneados movimientos liderados por el entusiasmo,por las ganas de arrancarle un verso a la vida.
Quedan muchos recuerdos de estas vivencias, entre ellas la imborrable imagen de estos ancianos extranjeros confabulándose con nuestras costumbres y bailando como unos monsefuanos más. Ellos se ganaron el cariño y nuestro corazón, ellos se sintieron como en casa y sacaron a bailar, se contagiaron con el ambiente y entre cumbias,vals y marinera demostraron que son tan monsefuanos como nosotros.
Y para coronar su presencia…hicieron una donación al Centro de Salud de Monsefú. Qué grato…!!.

Leyendas.-
1.Hombres y mujeres, religiosas y religiosos en un baile de camaradería.
2. La alcaldesa honra a los religiosos a través de la madre líder.Se les declaró Huéspedes Ilustres.
3. El padre Juan Madiggan y la madre Mercedes bailando cumbia peruana durante la cena de honor.
4. Madre Mercedes al centro con la primera Promoción egresada de "La Misericordia".
De izq. a Derecha: parados:Norma Montenegro,Gilberto Sánchez Barco, Yoconda LLontop, Juan Arce y Flores Llontop. Abajo: Alicia Vílchez, Martha Campos, Madre Mercedes, Onelia Huertas, Rosario Tello, y Buenaventura Míñope.

5. Madres: Brígida,Mercedes, Anita, Alicia, Elizabeth, madresuperiora, Wilma....
durante un homenaje a ellas.
6.Madre Alicia rodeada de Alicia Yaipén, Liliana Escajadillo y Blanca LLontop.
7. Los Padres Juan y Diego reunidos con mienbros de la segunda promooción,entre ellos
Raymundo Ayasta, Higinio Capuñay(uno de los coordinadores del evento), Jacinto Custodio,Benigno Flores, y Harold Percy Capuñay.
8. Colocación de una ofrenda floral al busto en honor al reverendo Carlos Conroy.
9.Un ingreso a Monsefú en olor a multitud.
10. Una muestra de la identificación de las canadieses con Monsefú. Madre Mercedes bailando una salerosa marinera.