Escribe:
Luis A. Castro Gavelán
En momentos que el miedo acecha, que el
planeta está a punto de superar los tres millones de contagiados y sobrepasa los doscientos mil muertos; hay historias de esperanza como el
valiente testimonio de un sobreviviente, el joven médico monsefuano Leonardo
Oliver Capuñay Effio, lleno de fortaleza y optimismo que nos alienta a
permanecer en cuarentena y nos advierte sobre el horripilante virus covid-19.
Leonardo, el joven médico monsefuano |
Leonardo Oliver tiene apenas 27 años,
pero su madurez es encomiable. Es de lo que tienen en mente aquella frase del
filósofo griego Platón: “Donde quiera que se ama el arte de la medicina,
también se ama a la humanidad”, por eso su anhelo de relatar esos infaustos catorce
días que estuvo al filo de la muerte para que la población sepa cómo enfrentar
esta pandemia.
Si bien es cierto que estadísticamente
el 95.4% de los fallecidos son los adultos mayores de 45 años y que el 4.5%
están entre los 17 y 44 años, todos los hombres, mujeres y niños son
vulnerables al contagio, pero que en su mayoría son aquellos que están en la
etapa de la senectud. Leonardo es un paciente recuperado que forma parte de ese
4.5%.
Su drama se inició el pasado 28 de marzo
cuando regresó a su casa tras sus labores como pediatra en un hospital de
Chiclayo. Al comienzo no le dio importancia a la rinorrea transparente o
mucosidad, y los consecutivos estornudos. Pensó que era un simple proceso gripal,
pero al día siguiente empezó a perder los sentidos del gusto y el olfato,
aunado a una disminución del apetito.
“Soy médico y esos síntomas no eran una
simple congestión nasal. Ya había estado leyendo sobre los síntomas
neurológicos en pacientes infectados por el covid-19 y por eso respiré hondo y
profundo, guardé la calma y llamé a colegas de Chiclayo para que me tomaran una
prueba molecular. Mi malestar se agudizó al tercer día, me dolía todo el
cuerpo, tuve diarreas y opté por aislarme. Al séptimo día me confirmaron el
resultado del test: era positivo. Estuve aislado pero lleno de fe, acompañado de
mi Dios; estuve solo en mi dormitorio, pero sentí el calor y el apoyo
incondicional de mis padres”, recuerda Leonardo.
Los siguientes días fueron cruciales.
Acrecentó la tos, los vómitos y la hiporexia o falta de apetito se intensificó.
El joven facultativo llegó a beber hasta tres litros de agua al día, era lo
único que su organismo quería. “En esos momentos apareció el proceso febril y
una tos seca esporádica. Al toser me quedaba sin aire, como que presionaban mi
pecho y hubo períodos de quiebre anímico, sentía que mi vida se estaba
extinguiendo”, relata el sobreviviente.
A continuación, tuvo dificultades para
respirar, dolor de garganta, un cansancio generalizado y lo que es peor, el proceso
febril se combinaba como que “estrujaban mi pecho, una sensación indescriptible”.
Hasta el momento no puede discernir cómo
se contagió, pero según su propia confesión, nunca perdió la calma, mantuvo la
fe y se siente privilegiado de ser un paciente recuperado, como lo están sus
padres, Julio Capuñay y Elsa Effio. El joven pediatra recuerda sus 14 días, los
que resume de la siguiente manera: Del primer al quinto día se inició con mucosidad,
dolor de cabeza y de huesos, problemas gastrointestinales, pérdida del sentido
del olfato, el gusto e inapetencia. Del quinto al décimo día los síntomas fueron
más severos, incluido de una fiebre permanente y dolor en el pecho.
Los síntomas revelados por Leonardo son
similares a los difundidos este viernes por los Centros para el Control y
Prevención de las Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos: fiebre, la tos, falta de aire, escalofríos, temblores,
dolores musculares, dolor de cabeza, dolor de garganta y pérdida abrupta del
sentido del olfato o el gusto.
Las recetas que ayudaron a su sistema de inmunidad. –
Leonardo Oliver Capuñay compartió las infusiones,
gárgaras y fármacos que lo ayudaron a recuperarse. Hay preparados que las
personas pueden hacer en casa para mejorar su sistema respiratorio e inmune,
pero el fármaco que él utilizó recomienda siempre y cuando sea recetado por un
doctor. “Luego que tuve síntomas extraños empecé a leer investigaciones científicas
hechas en España, Francia, Italia, Estados Unidos y las adopté a mi realidad”.
Por eso sugirió:
-Hacer gárgaras de bicarbonato cuando
sentimos cierto dolor en la garganta
-Hacer vaporizaciones con eucalipto. El
vapor caliente con olor a eucalipto alivia el sistema respiratorio.
- Para mejorar el sistema inmune
preparar una infusión elaborada de la siguiente forma: 4 dientes de ajos
chancados, dos cebollas pequeñas, un trozo de kion o jengibre,3 limones
partidos. Todos estos productos se hierben en 3 libros de agua por 15 minutos y
el resultado tomarlo 3 veces al día.
Este preparado y las otras sugerencias
no previenen ni sanan el contagio, pero sí mejoran su sistema respiratorio e
inmune. Recuerde usted que ante la falta de una vacuna es preciso evitar que el
virus ingrese a sus pulmones. El covid-19 es resistente a los antibióticos y
por eso los profesionales de la salud tratan los síntomas para que el paciente
se sienta mejor.
- En caso haya dolor de cabeza, fiebre y
dolor leve o moderado es bueno tomar paracetamol o acetaminofén.
- Un fármaco que sólo es posible bajo
una prescripción medica es azitromicina. Leonardo Oliver la ingirió porque él
es médico. Este antibiótico sirve para ciertas infecciones bacterianas como
bronquitis o neumonía, pero repetimos, debe ser medicamentada por un
facultativo porque puede provocar alergias o incrementar problemas hepáticos.
Es contraindicado para mujeres embarazadas o pacientes con ciertos problemas
cardiacos, etc.
Leonardo Oliver está en proceso de recuperación,
sigue aislado en su casa, pero ya empezó a trabajar. Ha dado su número de teléfono
para hacer consultas gratuitas, una loable labor como la están haciendo otros colegas
suyos como Percy Capuñay, Enrique Cachay y Jorge Gonzales. También, algunos psicólogos
como Johnny Reyes Cigueñas y otros tantos profesionales que suman para apoyar a
la población monsefuana.
“Quiero agradecer en primer lugar a Dios
por la vida, por esta segunda oportunidad. A mis padres, mi reconocimiento eterno
y mi promesa de ponerme al servicio de la humanidad. Todavía tengo leves
molestias, ciertas secuelas como un ligero dolor muscular que aparece en forma esporádica,
pero pronto van a pasar”, sostuvo el joven profesional, quien reconoce que la
pandemia ha desnudado un problema multisectorial: los pobladores como
principales actores para evitar el contagio de la pandemia, por su
desconocimiento, desatención, despreocupación o desinterés por la enfermedad. “Hay
muchos que creen tener un sistema inmune muy bueno y que nada les va a pasar;
pero hay otros que se exponen como consecuencia de la situación económica que
estamos atravesando; y por otro lado, el servicio de salud nacional que
definitivamente desde décadas atrás viene en estado de colapso, un estado de
salud muy precario”.
Leonardo Oliver pide a la población guardar
distancia social y salir cuando sea necesario. Reconoce que desde el sexto
grado decidió ser médico cuando observó que muchas veces no había dinero en la
familia para las consultas con sus ahora colegas. Estudió en el colegio “Federico
Castro” y su profesor, Angel Montenegro reveló que siempre obtuvo los primeros
lugares, que su nivel académico fue muy alto y que denotaba una gran
sensibilidad social.
Monsefú vive momentos aciagos, esta
pandemia nos está denostando y de alguna manera una gran mayoría de la población es culpable de esta expansión del coronavirus, tal como lo reconoce el padre de
Leonardo, Julio Capuñay:” Los valores se han perdido en casa, parece que los
padres de familia han olvidado su misión de formar hijos. En la escuela educan,
pero los valores vienen de casa, no es posible que desatendamos las
advertencias de nuestras autoridades, que no respetemos a los mayores. Ahora
hay gente que no respeta ni a la propia policía”, sentenció
El coronavirus avanza con su secuela trágica
en todo el mundo. Las muertes incrementan, las cifras históricas de desempleo
son alarmantes y las familias evidencian calamidades que impactan. Después de
la aparición del covid-19 o PcCh virus (virus del partido comunista chino) nada
será igual. China nos debe muchas respuestas. Solo deseo que cuando pase ese
shock, los países del mundo pidan cuentas claras al régimen chino, no al pueblo
chino, pero sí a ese sistema comunista que ha puesto en crisis al mundo.
"China nos debe muchas respuestas. Solo deseo que cuando pase ese shock, los países del mundo pidan cuentas claras al régimen chino, no al pueblo chino, pero sí a ese sistema comunista que ha puesto en crisis al mundo".
Otras recomendaciones. – Mientras se ponga a disposición de
la humanidad la vacuna contra el PcCh virus es importante considerar:
-Guardar distancia social. Utilizar una
mascarilla para protegerse.
-Lavarse las manos con agua tibia y jabón
cada vez que tengamos contacto con superficies fuera de su hogar o después de
sonarse la nariz, toser o estornudar. Antes y después de comer; de acudir al baño
o cuando tenga las manos visiblemente sucias. El jabón o el alcohol son muy
efectivos para disolver y desaparecer el recubrimiento líquido grasiento del
virus. Según el virólogo Dr. John Williams, jefe de la división de enfermedades
infecciosas pediátricas del Hospital de Niños de Pittsburgh del Centro Médico
de la Universidad de Pittsburgh, cuando el germen pierde la capa externa de
grasa se inactiva físicamente y ya no puede unirse y entrar a las células humanas.
-Hacerse las gárgaras de bicarbonato.
-Mejorar el sistema inmune con el
preparado recomendado por nuestro médico Leonardo Oliver Capuñay.
-Recuerden que el enemigo principal del
virus es el jabón o cualquier otro detergente que matan su capa lipídica al
instante. No olviden que el principal amigo del virus es la humedad. El virus
no puede vivir en un ambiente que no sea húmedo.
Me despido con dos frases que alientan. En
medio de la tempestad hay que mirar el lado positivo de la vida y como Marcel Proust
refiere, “hay que tratar de mantener un trozo de cielo encima de la cabeza”;
pero por, sobre todo, en estos azarosos momentos, el español Noel Clarasó nos
llena de optimismo al recordarnos que “en cada amanecer hay un vivo poema de
esperanza, y, al acostarnos, pensemos que pronto amanecerá” (LCG).
Leyendas:
-Este joven pediatra está identificado
con los niños.
-La familia Capuñay Effio en pleno. Julio, Elsa y la hermana mayor.
-Leonardo está flanqueado por dos alumnas
y también aparece el profesor Angel Montenegro.
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