Julio Gonzales, emprendedor monsefuano.
Escribe: Luis A. Castro Gavelán
Cuando eres pobre y el
hambre acecha, hay dos alternativas en la vida: tomar el camino incorrecto o
retar a la vida en base a empuje, perseverancia y una actitud rebelde por
revertir esa desafortunada condición. Julio Gonzales, el propietario de panetones
“Don Julio”, tuvo un origen humilde, vivió momentos extremadamente tristes,
pero con ese afán por salir del infortunio ha escrito una historia de
superación que dignifica al peruano y enorgullece a los monsefuanos.
Es difícil imaginar las
vicisitudes que enfrentó este hijo de
agricultores, que emigró a otros lares obligado por las circunstancias, que
empezó vendiendo pan por las calles de Chimbote, Huarmey y que actualmente goza
de buena reputación, consolida prósperos negocios y ratifica ese viejo adagio:
nadie es profeta en su tierra.
Hijo de Alejandro y
Manuela; y casado con quien fue su mayor tesoro, doña Hipólita de Paz, este
empresario de 77 años mantiene ese perfil bajo como cuando empezó a escribir
esas páginas que actualmente son historias de vida. “Vivíamos en una chocita,
no alcanzaba para la comida y pese a los esfuerzos de mi madre algunas veces
nos fuimos a la cama con el estómago vacío”.
Su padre trabajaba como agricultor y hornero en los trapiches de Benito
Flores.
Entre lágrimas, Julio
Gonzales recuerda su extrema pobreza y la decisión que asumió aprovechando la
invitación de un amigo, Joaquín Quispe. Así salió de Monsefú cierta mañana bajo
una temperatura fría que fue minimizada por la cálida bendición de su cándida madre.
Llevaba a cuestas un costal lleno de ilusiones y su terco ímpetu por cambiar el
destino, que hasta ese momento le era adverso. Exhibió una resiliencia que lo impulsó
a confiar en sus posibilidades y buscar otros horizontes.
Rodeado de tres de sus cuatro hijos, Giovanna, Julio Jr. y Miluzca, nuestro personaje recuerda a los hermanos
Quispe, quienes le dieron la posibilidad de iniciarse en la venta ambulatoria
de panes y dulces por las calles de Samanco, en el departamento de Ancash. Luego
se movió entre Huarmey, Samanco, Chimbote y el distrito de “Culebras”. Julio recuerda
que su primer pago fue de doce soles de oro, la moneda de ese entonces.
Julio Gonzales rodeado de tres de sus hijos: Giovanna, Miluzca y Julio Jr.
Le fue bien en las
ventas y aún cansado después de caminar por las calles casi todo el día, se
quedaba por las noches y madrugadas acompañando a los maestros panaderos,
aprendiendo los secretos para hacer marraquetas, el pan de yema, bizcochos de
canela, cachitos y encimadas con manjarblanco.
Aprovechando el boom de
la pesca (1968-1971), en la época exitosa del pesquero Luis Banchero Rossi,
Julio Gonzales recorrió las playas y encontró potenciales clientes en los curtidos
pescadores. Extenuado y muchas veces con pocas horas de sueño, jamás se rindió
y para darse ánimos recordaba la forma cómo había abandonado su tierra natal.
En una de esas
caminatas vio que estaban rentando una pequeña panadería y no se amilanó ante
su segundo reto. Con sus ahorros y habiendo aprendido los secretos para la
elaboración de panes, asumió el compromiso y se puso al frente. Le fue bien y
tomó la decisión de alquilar otra panadería más grande, donde llegó a tener más
de quince personas trabajando para él, entre panaderos y vendedores.
Así, inspirado y
embelesado por el amor de su vida, doña Hipólita de Paz, edificó tal vez la
mejor panadería de Huarmey y así sumó puntos a su favor para pedir su mano. Julio
contrajo nupcias con la chica más guapa de su barrio, su íntima Polita, una
mujer que hacía labores de modista, pero que al casarse con Julio Gonzales pasó
a administrar los negocios. Fue su verdadero brazo derecho.
Paulatinamente los
negocios se ampliaron. Hubo una y otra panadería, una granja de cerdos, una
pollería, los famosos panetones “Don Julio”.
No se quedó en Huarmey, expandió sus negocios y ahora tiene sucursales
en Chiclayo, distribuye los panetones en todo el norte chico de Lima, en
Chimbote, Chiclayo, Piura, Cajamarca. Es indudable su éxito y una buena
reputación que acrecienta con ese estilo peculiar de compartir lo que tiene. Actividades
benéficas, desayunos a niños pobres, a los internos de prisiones chiclayanas, a
gente menesterosa. Este conspicuo personaje nunca olvida sus inicios, está
comprometido con las acciones sociales.
A Julio Gonzales le encanta
la música, en sus ratos libres toca el saxo y recuerda que alguna vez participó
como cantante de una orquesta. Fue amigo
y compadre del extinto “faraón” Elmer Yaipén. Es también muy allegado a Higinio
Capuñay, el propietario de la cadena de emisoras “Exitosa” y “Karibeña”. Es ganador
de muchos premios por la calidad y prestancia de sus productos.
Conozco a Julio
Gonzales desde hace muchos años, me precio de ser su amigo y cada vez que lo
veo me recuerda una frase aleccionadora de Dalai Lama: “si asumimos y
mantenemos una actitud de humildad, crecerán nuestras cualidades”. Julio,
cultivado en las fraguas de la universidad de la vida, tiene claro este aspecto
y por eso sugiere dos cosas: cuidar la familia porque es la herencia más
preciada; y a los jóvenes, tener sueños y hacerlos realidad, persiguiéndolos
con coraje y una renovada aptitud. (LCG)
Julio Gonzales canta y hace sonar las maracas.
Elmer Yaipén es padrino de Perla,
la hija menor de Julio Gonzales
Un gran ejemplo de superación. Una felicitación para él por un orgullo de nuestra tierra.
ResponderBorrarDe acuerdo, es un orgullo monsefuano y un gran ejemplo de superación. Un abrazo "Chito" Custodio.
BorrarLuis
Estimado, excelente publicación, pero muchas veces no se llega a fondo en la investigación, te comento que no son 3 hijos, son 4 hijos, 3 damas y 1 varón, muchas personas la confunde a Miluzca con Perla por su parecido físico, las personas que la conocen me afirmarán que son idénticas. Me apena que usted no tome y comente de Perla Gonzales de Paz, excelente profesional y como persona, ni que hablar. Hablo por que la conozco en persona. Saludos y excelente reportaje.
ResponderBorrarBuenas tardes. #Monsefú #Chiclayo #Huarmey.
Hola mi estimado anónimo.
BorrarPor supuesto que conozco a Perlita, que es hija de Julio Gonzales. Si usted lee, comento que estuvo rodeado de tres de sus cuatro hijos. Perla no estuvo en la reunión, pero sí menciono a ella en una fotografía donde aparece con su padrino, el extinto Elmer Yaipén.
Ejemplo a imitar.
ResponderBorrarAsí es, es un ejemplo a imitar.
BorrarLuis
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