miércoles, 25 de agosto de 2010
Tres de octubre : la hora del cambio
Por: Luis A. Castro Gavelán
Son muchos los candidatos pero uno será el elegido. El domingo 3 de octubre Monsefú podrá revertir el fiasco de haber llevado al sillón municipal a una persona como Lázaro Puicón, a quien el cargo le quedó grande y convencido que no se vive de ganas ni de entusiasmo, se perdió en medio de su mediocridad, entre sus buenas intenciones y la irresponsabilidad de haber asumido una gestión sin haberse preparado convenientemente.
Los 19,730 electores que acudieron a las urnas dividieron sus votos y optaron por Lázaro para no apoyar “a más de lo mismo” y fracasamos. Pero también se aprende de las ingratas experiencias y ahora vamos a ponernos “moscas” (sin alusión a la familia Bravo) y decidir por alguien que valga la pena, por el postulante que de verdad esté demostrando en su campaña proselitista que tiene capacidad de gestión edilicia.
Mis queridos paisanos, basta de partidarismos y hacer eco a dulces discursos. Somos uno de los distritos más representativos de Lambayeque, somos una de las ciudades más atractivas del Perú en lo referente al turismo. Monsefú es cuna de personalidades y profesionales que han ubicado su labor a nivel nacional e internacional. Créanselo, no somos una ciudad cualquiera y por ende tenemos que ser responsables al momento de tomar esa decisión cívica.
Debemos de ahora en adelante tener una cultura de desarrollo. Solo así podremos darnos cuenta que no podemos tolerar esas discotecas de mala muerte, que tenemos la urgente necesidad de parar la ola delictiva , que es tiempo de contribuir con la ciudad colocando la basura en su lugar, que es hora de actuar pensando en el bien común.
El otro día dialogué por teléfono con el comandante PN Guillermo Bonilla y le conté que la tranquilidad pública en Monsefú vive a salta de mata ,que el comisario de la ciudad Víctor Berneo dice “no me consta” mientras delincuentes entran a la vivienda de la familia Puicón Pisfil y se roban artefactos eléctricos, que a Walberto Chanamé le robaron su auto tico BC-4751,que a José Gonzáles Capuñay también lo despojaron de su carro AQB-217 en la puerta de su casa; que a Víctor Incio lo asaltaron a punta de pistola en su negocio de cabinas de internet .
Entonces qué está pasando, dónde están nuestras autoridades. Hay que ser mezquinos si alguien pretende negar que Guillermo Bonilla –cuando fue comisario PN en Monsefú- ,con ese amor a la santa tierra, hizo un trabajo de lujo y nos dio tranquilidad y lo que es mejor, condujo a nuestra sociedad a una mesa de concertación donde dirigentes, autoridades y la población hablaron el mismo idioma y viabilizaron obras cívicas, culturales y sociales .
Muchos monsefuanos- además- me comentaron el desempeño del buen “Polly” Bonilla y entonces vino a mi memoria esa labor –allá por los años setenta-de los guardias civiles Angel Montenegro y otro de apellido Nazario que además de darnos seguridad, se involucraron en el trabajo social e incluso metieron palana en las mingas .
Pero, porqué un policía tiene que hacer esto, si su función es prevenir y cautelar la seguridad ciudadana. Bueno,porque “Polly” es monsefuano e hizo un trabajo de corazón. Realizó funciones que le corresponden al alcalde , autoridad que de acuerdo a la Ley Orgánica de Municipalidades debe dirigir los destinos de la ciudad y además encaminar el Plan Local de Seguridad Ciudadana.
Para nadie es un secreto que la corrupción ha vulnerado las instituciones policiales ,pero vamos a darle el beneficio de la duda al mayor PN Víctor Berneo y sus hombres, y esperar que con la nueva autoridad edil que se elija el 3 de octubre lleve adelante un trabajo de coordinación para que deje de decir “no nos consta; y con presupuesto y respaldo municipal, haga lo que el Ministerio del Interior le ha encomendado.
Recomendaciones.- Permítanme queridos paisanos hacer estas sugerencias que haré con el mejor ánimo, pensando absolutamente en Monsefú. Antes de decidir por su candidato, recuerden que:
1.- Hay lobos disfrazados de ovejas y que no siempre será buen alcalde quien fundamente su campaña en regalitos y una suerte de dádivas; y trate de aparecer como “intencionada y buena persona” aprovechando su desmedida publicidad.
2.-El buen candidato debe mostrar en todo momento sus conocimientos de la Ley Orgánica de Municipalidades, tener un concienzudo plan de gobierno y evidenciar una visión general de la comunidad. Explotar de manera eficaz los recursos que Dios y la madre naturaleza han dado a Monsefú.
3.- Una trayectoria limpia y una probada capacidad para comunicarse con la población, entendiéndose así a la precisa definición de sus metas y objetivos, y consciente de que jamás va a conseguir darnos el gusto a todos nosotros.
4.- Que focalizados los graves problemas de la comuna tenga capacidad gerencial para redistribuir los recursos, que tenga un equipo de asesores profesionales y encuentre soluciones programáticas viables y con financiamiento sustentable en el tiempo.
5.- Creatividad para aprovechar las oportunidades de desarrollo que se presenten y gozar de múltiples contactos a nivel de instituciones, del gobierno central y organismos transnacionales que están dispuestos a ayudar. Para ello hay que conocer de los mecanismos legales y gozar de una probada transparencia y honradez.
En lo que compete a nosotros debemos estar vigilantes y conscientes del trabajo que hace nuestro burgomaestre. Tengamos en cuenta que la integración de las instituciones, el gobierno local y la ciudadanía en general son necesarias y demandará de prolongados esfuerzos, pero será vital para encontrar una luz al final del túnel .
Jamás cerremos las puertas a la colaboración privada, jamás nos crucemos de brazos y dejemos que la alcaldía solucione los problemas de la ciudad. Monsefú depende de todos nosotros, depende de las tareas que hagamos desde la posición que ocupemos, depende de nuestras coordinaciones ,de ser escrupulosos y no manipulables al momento de tomar decisiones. Así seremos actores de nuestra propia historia.(Luis A. Castro )
miércoles, 18 de agosto de 2010
Monsefú y sus encantos
Por: Grecia R. Castro Cabrejos
La primera vez que conocí esta ciudad era apenas una infanta, mi corta edad no me permitió conocer a esta bella cuidad adecuadamente, los recuerdos que tenía de ella eran muy vagos. En septiembre del año pasado, cumplida mi mayoría de edad regresé a la conocida “Ciudad de las Flores”.
“En aproximadamente 50 minutos aterrizaremos en la ciudad de Chiclayo”, manifestó el piloto. Era inevitable no sentirme ansiosa por volver a visitar a tan encantadora ciudad. A mi mente venían las anécdotas relatadas por mi padre y las historias escritas por mi abuelo en su libro, tales como la historia detrás del Arco de la Amistad, las travesuras que cometía en su juventud junto a sus hermanos, su colegio, sus profesores, las leyendas de ciertos personajes y las curiosas historias que siempre quedan en la memoria de sus residentes.
A mí llegada al aeropuerto me recibió mi familia que no veía por mucho tiempo. La presencia del profesor Castro, mi abuelo, y sus palabras “bienvenida a tu casa” me hicieron sentir a gusto y alegre de haber hecho ese viaje. Mi estadía recién comenzaba y en apenas días la gastronomía de Monsefu ya me había cautivado. Potajes como la carne seca, arroz con pato, el chinguirito y como no mencionar el ceviche monsefuano, confirmaron que son los platos más deliciosos y que a los turistas dejan encantados.
Apenas me quedé una semana en esta bella tierra, pero aproveché cada minuto para conocerla y aprender a quererla tanto como mi abuelo con el que tuve un tiempo muy agradable, ya que tenemos mucho en común. Es satisfactorio y admirable saber que dos personas de diferentes generaciones y a pesar de los años de no verse, se conectaron tan fácilmente en tan solo unos días. Su amor por esta tierra es tan palpable que te contagia.
Me quedé encanta con mi visita y espero volver muy pronto y esta vez poder ser partícipe del famoso Fexticum, del cual he oído maravillas. Hasta mi próxima visita.
martes, 10 de agosto de 2010
La última entrevista a Enrique Uceda Senmache
Nota de redacción .- La nota que a continuación leerán fue preparada hace un mes. No la publiqué en espera de una foto que acabo de recibir junto con la triste noticia del fallecimiento de Enrique Uceda, el otrora dirigente del club “7 de Junio”. Guillermo, el inseparable hermano del extinto se asombró al conocer que Enrique me dio una entrevista telefónica. “No lo puedo creer comadrita, mi hermano está muy malito y me causa sorpresa que su hijo lo haya entrevistado. Habla muy poco, le es difícil comunicarse”, le dijo a mi madre Dora Gavelán, mientras expendía carne en su puesto del mercado de Monsefú.
Pero ese diálogo a través del hilo telefónico se dio, Enrique me concedió su última entrevista y quiero compartirla con ustedes. A pesar que conozco el desenlace no voy a alterar nada de lo que para mí es una primicia periodística. Murió el mismo día que cumplió años mi hermana Dora Liliana, la viuda del médico veterinario Manuel Casas Senador. Murió la noche del 9 de agosto. Vaya coincidencia. Descansa en paz Enrique Uceda, desde donde te encuentres, encomienda el porvenir de tu querido “7 de Junio”. (El editor )
Hay “zambones” para rato
Una insuficiencia renal lo tiene postrado en la cama. Muy a menudo tiene que ser llevado a Chiclayo para recibir ese método terapéutico que se llama diálisis, muchas veces acompañado de su siempre inseparable hermano Guillermo. Enrique era más alto, de tez más clara, pero a ambos les decían los “zambones” por su elevada estatura, pelo crespo , corpulentos, pero premunidos de un alma de niños. Muchas veces los vi trabajar en el puesto que tenían en el mercado de abastos como vendedores de carne de res.Con esa sonrisa característica que muchas veces elevaban hasta sonoras carcajada ambos eran unos personajes, unos seres humanos campechanos que se ganaron el respeto de los monsefuanos, eran conspicuos dirigentes deportivos que junto al doctor Eusebio Cachay, a los integrantes de la familia Mechán, a los Lluén ,a Genaro “gene” Yaipén impulsaron – a mi entender- la época de oro del fútbol en Monsefú.
¡Qué momentos!, quienes hemos saboreado esas vivencias jamás vamos a olvidar las tardes de fútbol a estadio lleno, el espectáculo asegurado, los clásicos entre Aguerridos y 7 de Junio, los encuentros en el coloso ”Benito Flores”, la presencia de clubes como “28 de Julio”, de los rojos del “Independiente”.
Y ahí estaban los hermanos Guillermo y Enrique Uceda, haciendo su ingreso con las camisas afuera, con sus clásicos sombreros de ala ancha, con esa alegría característica que solían tener al saludar a la gente que abarrotaba las graderías, pactando apuestas, gritando “Vamos mi 7 de Junio”, compartiendo diálogos con dirigentes opositores que los aficionados celebraban porque encendían la chacota, las bromas y el humor bien llevado. En medio de esos comentarios cruzados aparecía la inconfundible voz del recordado Fredesbindo ,ese comerciante de abarrotes que con su clásica silbatina y sus expresiones hilarantes conseguía “echarle más leña al fuego”.
Enrique ahora vive en Reque y cuando recuerda esos momentos memorables se le quiebra la voz, esa voz que evidencia el dolor que padece, esa voz que se le extingue a pesar de sus esfuerzos por hacerse escuchar.“Hace tiempo que no voy a mi Monsefú, a mi tierra linda”, nos dice mientras suelta algunas lágrimas.
Enrique y Guillermo Uceda Senmache impulsaron el deporte, fueron los líderes del popular “7 de Junio”. En su época de bonanza económica aportaron mucho dinero para hacer poderoso a su equipo, para traer futbolistas de primer nivel e incentivar que otros dirigentes deportivos hagan lo propio y gane el fútbol, triunfe Monsefú. “Con mi hermano Guillermo lo hicimos en forma desinteresada, por nuestra propia voluntad, por nuestra gente, por el deporte que según me cuentan, ahora está alicaído. Y no nos arrepentimos de nada, al contrario, estamos orgullosos de nuestro aporte, de nuestro sentimiento profundo por Monsefú”, refiere el convaleciente Enrique.
Pero, para quienes reconocemos su contribución decimos que hay “zambones” para rato y nada más grato que haber hecho sonreír a Enrique, al evocar aquella anécdota deportiva con motivo del clásico Aguerridos – 7 de Junio que celebró por partida triple: quebrar el invicto al rival, alcanzar el campeonato y ganar la apuesta de una respetable suma de dinero que compartió con sus jugadores, esos que vestían de azul y oro como el Boca Junior de Argentina. Enrique respira lentamente, se detiene unos instantes y revela: “Faltaban unos minutos para acabar el partido y cometen una falta contra el “chino” Tong en el centro de la cancha. Entonces se decidió que fuera mi hermano Héctor el encargado de cobrarlo. El estadio estaba a reventar, con miles dentro y otros cientos afuera, apostados en los techos vecinos y arriba de las paredes. Había mucha adrenalina, muchos gritos alentando a los jugadores . Yo estaba casi ronco de tanto gritar. Mi hermano Guillermo hizo una pausa como queriendo elevar una oración a Dios. Entonces el zurdo Héctor “la coja” Uceda va despacio hacia el balón y se escucha la voz del doctor Eusebio Cachay sentado en la tribuna preferencial, casi cerca a donde estaba yo. Quería intimidar a mi hermano, hacer trizas su moral y le dijo: ya estás viejo Héctor…
Y mi hermano Héctor que ese día cumplía años no se amilanó y con la experiencia que le dieron sus años en el fútbol le respondió: con todo respeto, esto va para usted doctor. Y la pelota impulsada surcó los aires, fue un tiro largo desde cerca de la media cancha que hizo trizas a los hinchas de Aguerridos. El golero Elcolobarrutia dijo que el balón hizo un extraño y cuando intentó arrojarse vio su portería vencida, la “redonda” besando las redes. El invicto del portero de Aguerridos había terminado, las tribunas vibraron y nosotros celebramos el gol del campeonato, el triunfo ante nuestro clásico rival”, recuerda con prolija jovialidad Enrique.
Debía cortar la entrevista pues la voz del señor Uceda empezaba a sentirse menos, pero él estaba feliz, aún sentía que no lo había dicho todo. Pidió que las autoridades impulsen el deporte, intentó congraciase con Dios solicitándole que haga de él su voluntad y tuvo el tiempo necesario para un agradecimiento especial. Enrique tiene insuficiencia renal, su situación es delicada pero está lúcido para expresar su gratitud: “lo más maravilloso de mi vida es mi hermano Guillermo .Juntos trabajamos por más de 25 años y seguimos juntos, me cuida, se interesa por mí“.
Me quedé perplejo, sentí alguna lágrima correr por mi mejilla .Tremendo reconocimiento a un ser que lleva la bandera del estilo seráfico y humano que tienen los verdaderos hermanos, aquellos que con respeto saben reivindicar ese vínculo de consanguinidad que nunca debe morir; tremendo homenaje a quienes están al pie del cañón en los triunfos y la adversidad. Qué maravilloso ejemplo , qué buena lección. (Luis A. Castro )
Foto leyenda.- El extinto dirigente deportivo con indumentaria de arquero y al lado de su inseparable hermano Guillermo.Este equipo estaba constituido por los "matarifes" de la ciudad.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)