lunes, 1 de agosto de 2011

Las fiestas patrias y sus matices



Gracias a Walter Salazar pude retratarme junto a mi esposa,con el extinto Miguel Angel Llontop "Jota".

Por : Luis A. Castro Gavelán

Terminaron las celebraciones de la edición 39 del Fexticum de Monsefú y para muchos fue más de lo mismo. El público respondió masivamente,las actividades mejoraron en cierto sentido,pero queda el sabor que no dimos el salto ,que hubo una ligera mejoría, pero que aún hay mucho que hacer.
El sabor a disgustos y discrepancias todavía está en el sentimiento de quienes pretendemos perfeccionar nuestra Feria de Exposiciones Típico Culturales,Monsefú.Creímos en la posibilidad que los regidores Saba y Andy Yaipén hicieran esa transformación,pero se atrincheraron en sus temores, en su falta de tiempo debido a sus actividades empresariales e hicieron un simple guiño a esas naturales aspiraciones.
Monsefú tiene mucho que ofrecer, demasiado diría yo. Muchos de mis lectores hicieron aportes extraordinarios que no fueron tomados en cuenta, como aquella del presidente del Club Social Monsefú,don Pedro Sánchez ,la de escenificar la aparición de Jesús Nazareno,desde su hallazgo en las playas de Santa Rosa hasta su entronización . Pero fue axiomático que los organizadores fueron medrosos, que insinuaron lasitud, cierto cansancio y que no dieron todo lo que son posible de contribuir. A mí me queda esa sensación.
Monsefú tiene mucho que dar, estamos en esa posibilidad , tenemos que ser más audaces, como la pretención de nuestra Srta. Fexticum Magguli Custodio, una jovencita que sueña con cosas grandes.
Esta edición confirma que somos un atractivo para el turismo. Miles abarrotaron la ciudad,llegaron desde muchos rincones del país y nuestros artesanos y propietarios de picanterías,restaurantes y negocios costumbristas reflejan en sus rostros la satisfacción de haber mejorado sus economías. El solo hecho de celebrar el Fexticum en Monsefú hechiza a los turistas ;pero esa magia puede esfumarse si ofrecemos a esos turistas más de lo mismo.
Dentro de las actividades protocolares debemos ser justos en saludar el éxito del “Festival del Pato” en Callanca, la satisfacción del deber cumplido con la exposición de chichas de 30 sabores, la jornada de los panaderos y el concurso del mejor espesado, el plato típico de los lunes, especialmente cuando intentamos recuperarnos de una noche de copas.
Ahora vendrá la rendición de cuentas y nuestra alcaldesa tendrá que hilar fino para demostrar que su administración hizo su aporte.Ella todavía tiene anticuerpos, mucha gente se resiste a creer en su gestión e incluso están insinuando una revocatoria a su autoridad. Rita Ayasta vive un mundo de cavilaciones pero creo en sus sanas intenciones, en su afán por hallar la dirección correcta.
El Fexticum se acabó, al igual que el mes de Julio que nos dejó marcados por las alegrías de una festividad costumbrista, pero también los sinsabores de la desaparición terrenal de gente amiga,de personas estimadas a quienes vale la pena escribir unas líneas.El deceso de estos monsefuanos despierta congoja y por ello mis condolencias a sus familiares.
Pocos sabían que se llamaba Miguel Angel Llontop Reluz .Monsefú entero lo conocía como “jota” y con ese apelativo se hizo famoso por ser el primer voluntario, el hombre desinteresado en aportar, en el “cholo monsefuano” siempre dispuesto a demostrar que Monsefú era sinónimo de tradición y costumbrismo puro . Y para ello se vestía con ropa típica, para hacer alarde de las bondades de nuestra chicha,para comunicar que éramos típicos artesanos por excelencia. Y su léxico estaba plasmado de expresiones socarronas, de un verso taimado pero sin llegar a la ofensa. Tenía la frase a flor de labios para arrancar una sonrisa a quienes lo rodeaban.
Y Miguel Angel Llontop nos tomó la delantera, como días atrás lo hicieron el doctor Rafael Escajadillo , los ingenieros Daniel Llontop y José Mario Capuñay Senmache ; este último, ex alcalde y dueño de un estilo de vida que hizo honor a su origen humilde, con una personalidad dócil , modesta y amigable. Algunas líneas también merece Nelson Niquén, un empresario casado con Juana Yaipén, hermana de los fundadores del “Grupo 5”. En su momento, fue soporte económico de la familia que ahora pasea su éxito musical por el mundo entero. Tenía una granja avícola en “el palmo”, donde muchas veces coincidíamos con Walter , el ahora propietario de la orquesta “Los hermanos Yaipén”.
A propósito de los hermanos Yaipén Uypan,ellos tienen mucho que agradecer su formación musical a un músico que también se nos fue: Rogelio Puicón , el compositor y saxofonista más emblemático de Monsefú, el autor del tema “Mi burrita”, todo un suceso nacional. Rogelio fue lisiado de por vida,pero eso no fue impedimento alguno para que paseara su arte en fiestas sociales del departamento y dar clases magistrales a los estudiantes de los diferentes colegios enseñándoles los secretos del éxito a través de la música.
Pero la vida continua, con sus matices, su vorágine de experiencias dulces y agriculces. Mi homenaje a estos monsefuanos que partieron y el deseo que, en honor a ellos, quienes aún permanecemos en este mundo construyamos un Monsefú mejor.